Una inmigrante singular

Las Provincias, JOAN MARTORELL, 27-03-2009

La inmigración “ha cambiado radicalmente de hace veinte años hasta ahora”. Eso es lo que cuenta Iren Potyondi, una húngara de 50 años residente en Alicante desde su llegada hace ahora 21 y que actualmente trabaja como administrativa encargada del área de Inmigración en la Unión General de Trabajadores (UGT).

Iren, a pesar de tener una vida aparentemente normal, tiene una historia muy interesante que contar. Su llegada a Alicante supuso un caso totalmente novedoso y poco habitual para la ciudad. Había llegado desde Hungría con su hija de 9 años para quedarse y muchos no sabían por qué. Tal fue la novedad en su llegada que, tras pasar por la comisaría, “nos alojaron en un hotel para entrevistarnos en un periódico y saber qué queríamos y por qué veníamos”, recuerda.

Al poco tiempo y mediante un contacto húngaro que tenía en la ciudad consiguió alojamiento en una casa en el Cabo Huertas y la Cruz Roja Internacional les dio un sueldo de 30.000 pesetas al mes para vivir porque no tenían trabajo. Sin embargo, a los tres meses desde su llegada empezó a trabajar limpiando casas y así estuvo durante 15 años, a la vez que aprendía español escuchando la música de Antonio Machín, viendo la tele y leyendo.

Iren empezó los estudios de Química en la universidad, en Hungría. Sin embargo, no los llegó a terminar. Aquí siguió su formación con distintos cursos, en su mayoría ofertados por la UGT, pero que nada tenían que ver con su especialidad. Gracias a que realizó el curso de Orientación sociolaboral al inmigrante, organizado por este sindicato, Iren consiguió la plaza de trabajo que a día de hoy regenta.

Ella es el primer contacto que tienen los inmigrantes para realizar una tramitación legal. Es como un puente entre ellos y la delegación de extranjería. Recoge los datos personales y profesionales de los extranjeros sin papeles y los clasifica para posteriores tramitaciones.

A todo lo pasado y vivido, Iren, nacionalizada española desde hace muchos años, ve la situación de los nuevos inmigrantes muy difícil y bastante saturada, ya que “llegan muchos y actualmente no hay trabajo”. Reconoce que llegan con la esperanza de una vida mejor “muchas veces provocada por los países ricos” y sin embargo, “gran número de los que llevan tiempo viviendo aquí están atrapados porque se han metido en hipotecas y no pueden pagarlas y tampoco tienen dinero para volver a su país”. No obstante, asegura que “las tramitaciones actualmente van mucho más rápidas que antes, pese a que la saturación es mayor”.

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