Madrid

Los hay que han tenido a sin papeles durmiendo en casa. Otros viven con ellos aun siendo irregulares. Y muchos más conocen el asunto y callan.

Ahí estará hoy una delegación de los delincuentes, en el registro general del Congreso de los Diputados, donde presentarán más de 6.000 firmas autoinculpándose todos ellos y pidiendo despenalizar la hospitalidad.

El paso al frente viene al caso porque el artículo 53.2.c del anteproyecto de reforma de la Ley de Extranjería del Gobierno multa hasta con 10.000 euros a quien acoja a un inmigrante y «prolongue la estancia autorizada más allá del plazo legalmente previsto». Y andan ahora bajo sospecha congregaciones religiosas que dan cobijo a los clandestinos, redes sociales de apoyo y personas que lo comparten todo con el de fuera.

Los miembros de la plataforma Salvemos la hospitalidad tienen previsto entrevistarse con José Bono y portavoces de los partidos políticos para cambiar la norma.