TURBULENCIAS EN EUROPA CENTRAL

"Garda Magiar donan sangre para probar que la suya es húngara pura"

La Vanguardia, , 24-03-2009

Desde el este de Europa hasta Irlanda, pasando por Francia, la crisis económica empieza a provocar enfrentamientos entre gobiernos forzados a recortar el gasto y los poderosos trabajadores del sector público.

Analistas financieros consultados en la City londinense decían que “la dimisión podría ser un noticia positiva” si se elige como primer ministro interino a “un tecnócrata que entiende lo que hay que hacer para estabilizar el florín”, según explicó Neil Shearing de Capital Economics en Londres. Pero el ambiente que se respira en las elegantes avenidas decimonónicas de Budapest no es de consenso tecnócrata sino de rabia, división y crecientes tensiones etnicas, dirigidas contra la minoría gitana en Hungría. “Todo el mundo sospecha del otro; todo el mundo odia al otro”, dijo la semana pasada el defensor de libertades Erno Kallai. Y los principales beneficiarios de esto son partidos conservadores, en primer lugar Fidesz, un partido de centro derecha que con toda seguridad se hará con el gobierno si se convocan elecciones en las próximas semanas. Fidesz triplica el apoyo de los socialistas en los últimos sondeos.

Pero es otro partido el que parece estar encarnando el zeitgeist húngaro en esta crisis. Jobbik (Movimiento por una Hungría Mejor) sube en popularidad en gran parte por un incendiario discurso antigitano, junto con su brazo no armado pero sí uniformado, Garda Magiar. Luciendo gorras, chalecos negros, camisas blancas y botas hasta la rodilla, y portando banderas neonazis protagonizaron disturbios el domingo en las calles de Budapest durante las celebraciones de la abortada revolución contra el imperio habsburgo de 1848. Tras ser declarado ilegal, Garda Magiar se reinventó el año pasado como “movimiento” y, segun la Constitución, ya no puede ser prohibido. “La Garda tienen sentido de humor; donan sangre para probar que la suya es húngara pura”, dijo un tendero en la Avenida San Esteban con admiración.

El año pasado grupos de ultraderecha ocuparon la sede de televisión pública en Budapest. Jobbik parece haber dado en el clavo al pasar a la izquierda a Gyucsany en lo que se refiere a la economía rechazando las políticas de recortes del gasto público pactadas con el FMI a la vez que culpa a los 600.000 gitanos en Hungría – el 6% de la población-de estar quebrando el Estado por su dependencia de prestacioness sociales. Puede ser una fórmula política ganadora aunque, en realidad, las clases medias son las más beneficiadas por el ineficiente estado de bienestar hungaro. “Cabe recordar también que la base popular de la izquierda en Hungría es todavía más antigitana que la derecha”, explica Michael Stewart, catedrático de de la Universidad de Londres afincado en Budapest.

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