Alianza Nacional cierra su último congreso antes de unificarse con el partido de Berlusconi en el Pueblo de la Libertad ¿ Fini rechaza el «pensamiento único» para la nueva formación conservadora

La derecha se hace fuerte en Italia

La Razón, 24-03-2009

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Roma – Lo había avisado el día anterior: «Hoy estoy tranquilo, pero mañana me emocionaré». Gianfranco Fini cumplió lo anunciado y subió ayer al palco del último congreso nacional de Alianza Nacional (AN) con su habitual temple desaparecido. El hombre que ha guiado a la derecha tradicional italiana desde las cloacas del posfascismo hasta una normalidad democrática dijo más con sus gestos que con sus palabras. Suspiró más de lo habitual, sacó incluso la lengua para tomar aire y, cuando terminó su discurso, dejó caer alguna lágrima arropado por los que han sido sus coroneles durante los catorce años de historia de AN.
Fini gozó con su baño de liderazgo, consciente de que tendrá pocos momentos similares en los próximos años. En el Pueblo de la Libertad, el partido en que se disuelven AN y Forza Italia (la formación de Silvio Berlusconi), le toca asumir un papel secundario ya que sólo hay un líder: «Il Cavaliere».
Sucesor de Berlusconi
El próximo fin de semana, cuando se oficie el nacimiento del PdL, Fini deberá aceptar que ahora le toca aplaudir al primer ministro como un militante más. Su mejor consuelo será pensar que tiene 20 años menos que Berlusconi y que cuando éste decida abandonar el partido, será probablemente él quien le suceda.
El discurso de Fini osciló entre la pasión política y el sentido institucional. Fue un reflejo del dualismo de su situación como líder de AN y, al mismo tiempo, presidente de la Cámara de los Diputados. «Se cierra una fase de la derecha. Pero no ha habido ningún regalo ni hemos entregado nuestras ideas», dijo.
Pese a la afirmación ideológica, reconoció después que el PdL «no será un partido de derechas, aunque la derecha será un valor del partido». «Sí a un partido unitario pero no al pensamiento único», remachó. Luego llegó la parte institucional, en la que analizó los problemas del actual sistema italiano y se mostró favorable a introducir reformas. «Ha terminado el tiempo de un bicameralismo perfecto», dijo, mostrándose después favorable a la introducción de un régimen presidencialista en Italia, aunque con matices. «El presidencialismo no puede significar que se deje al Parlamento en una esquina y se le pida que no moleste al que manda».
Inmigración
Antes de terminar y de subrayar el «amor hacia Italia» de todos los presentes, Fini tuvo el coraje de recordar a los inmigrantes. Instado por sus socios de la xenófoba Liga Norte, el primer ministro Silvio Berlusconi ha endurecido en los últimos meses las leyes que regulan las condiciones de los extranjeros, algo que Fini no ha dudado en criticar. Ayer lo hizo nuevamente: «Nuestra sociedad es multiétnica y con la inmigración no hace falta mostrar el músculo».
«Algunos valores de derecha deben ser el germen del nuevo partido, pero son sólo un valor añadido»
«Se cierra una fase de la derecha, pero no ha habido ningún regalo ni hemos entregado nuestras ideas»
«El mismo Berlusconi sabe que un liderazgo fuerte no puede suponer el culto a la personalidad»
«Se contradicen el pensamiento único y pueblo de la libertad: con el pensamiento único falta la libertad»

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