estados unidos

Un «gran hermano» vigila la frontera estadounidense

La Voz de Galicia, Tatiana López | Corresponsal, 24-03-2009

Miles de voluntarios controlan a través de Internet el paso entre EE.UU. y México gracias a la presencia de 200 cámaras

Miles de voluntarios controlan a través de Internet el paso entre EE.UU. y México gracias a la presencia de 200 cámaras

Miles de voluntarios vigilan a través de Internet la frontera entre EE.?UU. y México gracias a la presencia de 200 cámaras. La misión: evitar la entrada de emigrantes irregulares en Estados Unidos El Ejército: un batallón de 100.000 voluntarios y sus armas, un ordenador y muchas horas libres.

Con este esquema podría explicarse la última iniciativa desarrollada en el país de las libertades para vigilar virtualmente su frontera con México, en la que centenares de cámaras en línea permiten estos días a los internautas ayudar a las fuerzas del orden en la lucha contra los indocumentados.

Proyectos como el desarrollado por la empresa The Sheriff Border Patrol operan desde el pasado mes de noviembre y ponen a disposición de cualquier persona con un ordenador 200 cámaras instaladas en propiedades privadas para poder jugar a la caza del emigrante.

«El sistema es realmente sencillo. Lo único que tienes que hacer es registrarse en la página y vigilar atentamente. Después, si ves cualquier movimiento extraño, mandas un correo a la patrulla fronteriza y esta se encarga del resto», asegura el vigilante Robert Havercamp, que todos los días aparca durante unas horas su trabajo como conductor de camiones para cumplir con su «obligación como patriota».

No es el único. Y es que desde que fue inaugurado se calcula que al menos otros 100.000 voluntarios se han inscrito en esta suerte de Gran Hermano Justiciero que cuenta con miembros repartidos por todo el planeta, desde Australia a Arizona

Un batallón de cibervigilantes gracias al cual se habría evitado la entrada de al menos 30 emigrantes indocumentados en el país, además de incautar al menos 900 kilos de marihuana.

«Son unos héroes anónimos», declaró uno de los sheriffs del condado, que opina que «es raro que en estos días alguien haga algo sin cobrar nada a cambio».

¿Un método efectivo?

Sin embargo, y a pesar de la satisfacción mostrada por las autoridades locales, lo cierto es que muchos opositores han mostrado su rechazo hacia un método que consideran poco efectivo y demasiado caro.

Así lo cree, por ejemplo, el senador por Tejas Eliott Shapleigh, para quien «la vigilancia de un asunto tan serio no debería ser dejada en manos de aficionados, sino en las de personal entrenado».

Otros críticos argumentan que la detención de un puñado de personas no justifica los más de dos millones de dólares que le ha costado a Tejas instalar las cámaras, un dinero que sale de los contribuyentes.

Aún así, no es ni mucho menos la primera vez que la obsesión de este estado por detener el flujo migratorio da lugar a proyectos faraónicos o desorbitados. Hace dos años, un alcalde propuso gastar la friolera cantidad de cuarenta millones de dólares en ensanchar el cauce de río Grande con el objeto de impedir que los indocumentados pudieran cruzara a nado hasta Estados Unidos.

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