Los 63 inmigrantes de Bangladesh que residen en Melilla de forma irregular volvieron el sábado a suplicar a las autoridades que legalicen su situación. Este colectivo reclama papeles para seguir teniendo un futuro en España y no verse forzados a regresar a un país del que salieron tras vender todo lo que tenían. Aseguran que, tras tantos años de incertidumbre y sufrimiento, prefieren morir que volver sin nada a Bangladesh.

Los bangla afirman que han visto salir del CETI camino a la península a argelinos y subsaharianos que apenas llevaban unos meses en Melilla, a inmigrantes cuyo comportamiento en el centro de estancia temporal y en las calles no ha sido tan intachable como el suyo. También lamentan que la orden de expulsión que pesa sobre ellos los mantenga cada noche en vilo, ante el temor de que en cualquier momento las fuerzas del orden puedan entrar en sus habitaciones para sacarlos de España. Estos 63 hombres, con edades comprendidas entre los veinte y los sesenta años, aseguran que nadie en el mundo quiere vivir sin familia, como les ocurre a ellos ya desde 2005.