¿ Un centener de dominicanos volvieron ayer a reunirse donde falleció
¿ Exigen que la justicia esclarezca el asesinato del joven dominicano

MADRID – Por segundo día consecutivo la voz del colectivo dominicano del barrio de Tetuán se hizo oír para exigir justicia, tras el salvaje asesinato de Luis Carlos Polanco Peralta, el joven tiroteado en la noche del viernes. Varios centenares de ciudadanos dominicanos, no sólo de la zona, se concentraron de nuevo en la esquina del crimen, en la confluencia de las calles Topete y Carnicer.
En ese lugar, las velas, las flores, las fotos y los mensajes, a veces pintarrajeados directamente en las paredes cercanas, recuerdan al fallecido en un caso bastante turbio y que está lejos aún de su total esclarecimiento.
Hasta allí se acercaron sus padres, su mujer, embarazada de ocho meses, así como el embajador de la República Dominicana, Alejandro González Pons y el cónsul del país caribeño en Madrid, Marco Cross, que expresaron todo su apoyo a la familia del joven y han confiado plenamente en el funcionamiento del Estado de Derecho.
González Pons anunció allí mismo que el consulado pagará los costes del juicio que tenga que afrontar la familia. Pidió, asimismo, que la justicia española «aplique todo el peso de la ley» sobre quien sea culpable del terrible crimen.
El mensaje desde el seno de la familia, que está completamente destrozada, sigue siendo el de que «Luisito», de 22 años y cuya mujer esperaba un hijo, era un muchacho tranquilo e inofensivo. Otras voces, sin embargo, lo sitúan como un delincuente menor pero habitual, conocido por trapichear con droga.
Las versiones son contradictorias, igual que lo son los hechos que ocurrieron exactamente el día de autos. Cada testimonio es una película distinta. En uno, el asesino abre fuego sin mediar palabra, en otros, intenta comprar droga y la situación degenera hasta casi una pelea, antes de que se efectúen los disparos, y así hasta el infinito.
Recuerdo a Lucrecia
«Ayer fue Lucrecia, hoy es Luisito», gritaron ayer algunos, recordando la muerte de la joven dominicana Lucrecia Pérez en un crimen racista en el 92. El sábado se volverán a manifestar pidiendo cadena perpetua para el presunto culpable. Por desgracia para ellos y suerte para otros, tal pena no existe en España.