Capacitan a migrantes mutilados

La premio nacional de Derechos Humanos 2004, Olga Sánchez, puso en operación talleres de panadería, costura e inglés en el albergue Jesús El Buen Pastor, en Comitán, Chiapas

El Universal, 22-03-2009

TAPACHULA, Chis.— Con el fin de reinsertar a la vida productiva a decenas de migrantes centroamericanos que perdieron sus extremidades en territorio mexicano, cuando viajaban en el tren con destino a Estados Unidos, la premio nacional de Derechos Humanos 2004, Olga Sánchez, puso en operación talleres de panadería, costura e inglés en el albergue Jesús El Buen Pastor.


Satisfecha con la instalación de los talleres, la samaritana señaló: “Queremos que se curen las heridas físicas y espirituales, que superen los traumas sicológicos, que recuperen su autoestima y sus valores”.

En 2005, nuestros hermanos migrantes construyeron las instalaciones de El Buen Pastor, ahora elaboran pan, colchas, muñecas y aprenden inglés, dijo.

El albergue atiende a más de 35 inmigrantes, en su mayoría enfermos y mutilados, y Antonio Cruz, responsable de la capacitación y operación de la panadería, externó su satisfacción por el trabajo, “ya que el objetivo es apoyarlos para que continúen siendo productivos”.

“Queremos que cuando regresen a su país ejerzan el arte de la pastelería y repostería, para que puedan subsistir. Los ingresos que en estos momentos se están captando, son para ayudar a los demás migrantes que están encamados, enfermos o mutilados”.

“Los recursos que se obtienen sirven para medicinas, vendas y curaciones, para otorgar un mejor servicio a las personas que requieran”.

Cruz mencionó que el proyecto “lo estamos trabajando en forma lenta, ya que la mayoría de ellos cuentan con prótesis y necesitan descansar mientras se adaptan a su nueva condición”.

Agregó que en la elaboración, producción y comercializan del pan, participan 14 personas, quienes desde las seis de la mañana inician las actividades hasta las cuatro de la tarde.

Dentro de este grupo, el salvadoreño Francisco Elías Beltrán Domínguez, a quien el 17 de agosto de 2002 el ferrocarril le amputó la pierna izquierda, labora en la preparación del pan.

“Es una oportunidad para aprender a ganarse la vida. Ya aprendí a hacer pan, bordar, tejer y algo de carpintería. Ahora estoy en espera de que me den mi Forma Migratoria 3 (FM3), para que pueda trabajar legalmente como cualquier mexicano”, señaló.

La guatemalteca Elvia Marilú Agosto, quien el 5 de julio de 2008 perdió parte de la pierna derecha en Unión Hidalgo, Oaxaca, agradeció la instalación de los talleres, en especial el de pan. “Esto nos ha ayudado a compartir con los demás compañeros. Ayuda a capacitarse para aprender cosas nuevas”.

“¡Gracias a Dios yo no perdí mi autoestima!, afirmó.

 


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