RICARDO MIR DE FRANCIA
JERUSALÉN

Cuando Avigdor Lieberman fue nombrado a finales de 2006 ministro de Amenazas Estratégicas para ocuparse del programa nuclear iraní, el entonces titular de Turismo, el laborista Yitzhak Herzog, declaró: “Debe ser una broma, Lieberman es en sí mismo una amenaza estratégica”. Ahora, Lieberman, el controvertido político ultranacionalista al que muchos en Israel tachan de racista, va a convertirse en el próximo ministro de Exteriores del Estado judío. Su partido, Israel Nuestro Hogar, llegó el domingo por la noche a un acuerdo para unirse al inminente Gobierno del designado primer ministro, Binyamin Netanyahu.
El partido de Lieberman se convierte así en el primer socio de la coalición que prepara Netanyahu. A cambio del apoyo de sus 15 diputados, que le convirtieron en la tercera formación más votada en las elecciones de febrero, Israel Nuestro Hogar recibirá cinco carteras ministeriales: Exteriores, Infraestructuras, Seguridad Pública, Turismo y Absorción de Inmigrantes.
La designación de Lieberman como jefe de la diplomacia israelí solo podría cambiar si Netanyahu lograra a última hora convencer a Kadima para que entre en su Gobierno. Esta sigue siendo su gran obsesión, pero el partido de centroderecha de la ministra de Exteriores, Tzipi Livni, no da su brazo a torcer a pesar de que esta semana ambos dirigentes se reunieron dos veces en secreto. Livni obtuvo la mayoría de votos en los últimos comicios y solo aceptaría la oferta de Netanyahu si accede a un Gobierno rotativo de dos años para el Likud y otros dos para Kadima.
Netanyahu tiene hasta el próximo 3 de abril para cerrar la composición definitiva de su Ejecutivo. Sin Kadima a bordo, se verá abocado a gobernar solo con la extrema derecha y los religiosos, una combinación con la que solo obtendría una mayoría en el Parlamento de un máximo de 65 diputados de 120.

EL ANTECEDENTE
Este dibujo se parece al que le acompañó durante su primera etapa como primer ministro (1996-1999). Entonces las deserciones como protesta por algunas concesiones a los palestinos acabaron haciendo descarrilar a su Gobierno. Ahora Lieberman es su único compañero de viaje.
El acuerdo de 14 páginas firmado por ambos fija como uno de los “objetivos estratégicos” del Ejecutivo “derribar al Gobierno de Hamás en Gaza”. También establece que actuará con “determinación” para detener los disparos de cohetes sobre Israel y en ningún caso negociará con “organizaciones terroristas”, una política que ya asumió el Ejecutivo saliente de Olmert.
La designación de Lieberman provocó ayer que algunos dirigentes árabe-israelís pidieran su aislamiento internacional. Además, anoche, la radio militar israelí informó que Lieberman será interrogado en breve por la policía por su presunta implicación en delitos de corrupción, fraude y blanqueo de dinero. Presuntamente, habría recibido importantes sumas procedentes del extranjero para financiar sus campañas.
Mintras, hoy se espera que el Gobierno israelí vote si acepta el canje de prisioneros por el soldado Gilad Shalit aunque, según algunas fuentes, al acuerdo entre Hamás e Israel le restan algunos flecos.