Eran, pese a su juventud, unos verdaderos expertos en el robo, desmantelamiento y exportación de piezas de coches y maquinaria pesada. La propia Policía así lo reconoce. Y tenían su cuartel general en esa especie de sucursal del crimen llamada Cañada Real Galiana (Villa de Vallecas). Son tres marroquíes, de entre 37 y 24 años, con contactos en su país, al que enviaban, previo pago, las piezas más codiciadas de los 23 coches que sustrajeron, especialmente, motores.

Han sido los investigadores de la comisaría de Centro los que iniciaron la operación. Percibieron un notable repunte de sustracciones de vehículos en su distrito. Pero también en otros muchos puntos de Madrid y sus alrededores, como Retiro, Latina, Torrejón de Ardoz, Móstoles, Hortaleza, Usera, Salamanca, Alcorcón, Arganzuela, Alcobendas, Ciudad Lineal, Villa de Vallecas, San Blas, Moratalaz y Rivas Vaciamadrid.

La experiencia de la Policía les llevó a una hipótesis que llegó a ser la cierta: los vehículos eran robados para acabar en un desguace, claramente ilegal, y vender sus piezas a países del norte de África. Comenzaron así los seguimiento a un primer sospechoso, que se desplazaba en un coche y una furgoneta con frecuencia a la parcela – taller de la Cañada que la banda tenía como lugar de operaciones. Fruto de esas vigilancias, los policías vieron una excavadora robada y multitud de piezas de coches.

Pero los delincuentes se percataron de la presencia policial. Había que actuar ya. En el momento de las detenciones, los sospechosos salían en una furgoneta con cuatro motores dentro. Pero no eran los únicos miembros del clan, puesto que otros consiguieron escapar.

Dentro de la nave, se hallaron cuatro chasis, 14 matrículas, una retroexcavadora, un grupo electrógeno, salpicaderos, piezas varias…

El pasado verano, la UCO de la Guardia Civil descabezó a otro clan marroquí – español dentro de la operación «Chimenea», también en la Cañada. La banda robó 1.100 furgonetas de la misma marca y modelo para vender los motores a Marruecos.