'The Visitor' entrecruza a solitarios en el Nueva York multirracial

Richard Jenkins optó alOscar por su papel deun viudo que recuperalas ganas de vivir

El Correo, CHUSA L. MONJAS, 12-03-2009

«Es más fácil ser original en el cine independiente que en los grandes estudios: a mayor presupuesto, más gente metiendo mano. Este cine está cada año mejor representado en los Oscar, que no dejan de ser un negocio. Pero lo importante es que llega más al corazón de la gente». Autor de la exitosa ‘Vidas cruzadas’, el director Tom McCarthy regresa a los cines mañana con ‘The Visitor’, la historia de un viudo que recupera la ilusión de vivir tras un encuentro fortuito con un sirio sin papeles que toca percusión en parques y bares nocturnos, su novia senegalesa – también ilegal – y su madre.

Richard Jenkins, el patriarca fantasma de la serie ‘A dos metros bajo tierra’, fue candidato al Oscar al mejor actor protagonista por meterse en la piel de un sesentón profesor universitario que vuelve a encontrar un sentido a su vida cuando esta pareja de indocumentados ‘ocupa’ su apartamento neoyorquino. «Elegir a Jenkins fue una apuesta», cuenta el director. «No quise fichar a una estrella para que no hubiera un desequilibrio con el resto de los actores, desconocidos para el público». Jenkins lleva más de cuarenta años de profesión. «Le he estropeado la vida. Según él, ahora todo el mundo le conoce, no pasa desapercibido en ningún sitio».

McCarthy escribió una historia de relaciones humanas, de personajes solitarios que se entrecruzan por casualidad. «Quiero contar historias reales, muy de la calle. Los protagonistas no pueden disfrutar de una amistad por la época en la que se enmarca. Después de la traumática experiencia del 11 – S, Estados Unidos ha vivido muchos cambios, unos positivos y otros terribles. La elección de Obama se traduce en que mi país está abriendo su mentalidad para entendernos mejor a nosotros mismos y también al resto del mundo». ‘The Visitor’ muestra la realidad de los inmigrantes en Nueva York y recurre a la música como lenguaje universal y vínculo afectivo entre sus dos protagonistas masculinos: uno intenta tocar el piano y otro es un virtuoso del tambor africano, el djembe.

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