«Pancho de mierda, fuera de aquí. Si vuelves te mato»

El Mundo, EL MUNDO, 12-03-2009

Fuenlabrada. Un colombiano que trabaja en una inmobiliaria recibe una brutal paliza a manos de un joven por motivos racistas El pasado viernes, 6 de marzo, la jornada laboral de Hernán Alonso, colombiano de 32 años, como agente inmobiliario acabó más tarde de lo normal y no por haber conseguido más clientes. Un vecino de un edificio de Fuenlabrada, en el que iba a repartir publicidad, le dio una brutal paliza por ser inmigrante. «Pancho de mierda, fuera de aquí. Si vuelves te mato», le gritaba un joven de 24 años mientras le propinaba patadas y puñetazos en la cara.


Tras ocho años de residencia en España y después de haber trabajado como ayudante de cocina, camarero y jardinero, Hernán, por fin, ha conseguido permanecer en la misma empresa durante cinco años seguidos y, en todo este tiempo, nunca se había sentido discriminado por ser de otro país. Pero el pasado viernes, según relató a Europa Press Televisión, una mujer le salvó la vida reteniendo al agresor.


Hernán fue a entrar al edificio de Fuenlabrada para meter un folleto en una vivienda aprovechando que un vecino iba a acceder a su casa, pero éste le negó el permiso de entrada y le dijo que hasta que no le abriera otro vecino no entraría. En cuanto lo consiguió, se abalanzó por la espalda sobre su cuello y le comenzó a agredir.


Sorprendido y casi en estado de ‘shock’, Hernán se cubrió la cara como pudo porque el joven comenzó a darle «patadas y puñetazos muy fuertes». Cuando trató de salir del portal, el agresor le empujó por la espalda contra la puerta del edificio y Hernán rompió el cristal con su propia mano. El joven continuaba embistiéndole por la espalda.


«Cuando recibí los golpes en los ojos perdí la visión. Con todos los golpes se me fueron las luces, como si tuviera ceguera».


De toda la gente que había observando la paliza desde el parque infantil contiguo al edificio, tan sólo una mujer de unos 40 años se acercó al portal para detener al atacante. Gracias a ella y a otra señora que llamó a la Policía, dejó de recibir golpes. El joven subió a su casa, cogió al perro y bajó para darle un paseo. «Pasó detrás de mí mirándome desafiantemente.Creí que me iba a echar el perro encima», recordó.


Mientras los policías llevaban a la víctima a los servicios de urgencias, observaron cómo el agresor volvía de darle el paseo a su perro y le detuvieron para hacerle un reconocimiento médico y, después, trasladarle a comisaría para que prestara declaración.«Estará suelto hasta que salga el juicio», se quejó el inmigrante colombiano.


En casa, su mujer no era consciente de lo ocurrido hasta que Hernán volvió sobre las once de la noche. No quería alarmarla porque tienen un hijo pequeño.


Por su parte, según informa Efe, el agresor justificó su actuación declarando a la Policía que le negó la entrada al edificio porque «habían robado en días anteriores».


La Consejería de Inmigración y Cooperación de la Comunidad ha mostrado su solidaridad y ofrecido apoyo al ciudadano colombiano.

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