La sostenibilidad del modelo demográfico vasco depende en buena medida de su capacidad para atraer a población de otros territorios para mantener un saldo migratorio positivo. Los datos sobre movimientos migratorios difundidos ayer por el Eustat ilustran este hecho: un total de 601.541 personas residentes en Euskadi, un 28,2% de la población en 2006 – año de las estadísticas analizadas – no ha nacido en ninguna de las tres provincias vascas. Esta proporción se ha mantenido prácticamente estable desde 1996, aunque se han producido cambios en su origen. Así, con respecto a 1996 se observa una disminución de 75.365 personas nacidas en otras comunidades autónomas, mientras que los inmigrantes han aumentado en 95.765 ciudadanos.

Las comunidades autónomas con mayor presencia de sus naturales en Euskadi son Castilla y León, Extremadura y Galicia. Entre los de origen extranjero, hay personas nacidas en 161 países. El principal lugar de procedencia es América del sur, que supone un 42% de los 115.000 inmigrantes residente en 2006. Cinco años antes, esa cifra se reducía a 50.000 personas.

En el análisis de los datos de movimientos migratorios entre municipios, descata el hecho de que un 45% de la población, los llamados sedentarios, reside toda su vida en el mismo municipio en el que nacieron. Otro 32% se ha mudado a vivir en otra localidad en algún momento de su vida.

El tramo de ciudadanos que tienen entre 25 y 35 años es el más propenso a embarcarse en un proceso de migración interna. Por comarcas, Markina – Ondarroa y Urola Costa son las que más población sedentaria tienen.