Un cayuco con 65 personas a bordo llegó ayer al puerto pesquero de La Restinga, en la isla canaria de El Hierro, el último punto de Europa antes de adentrarse en el Atlántico. Es la primera embarcación que trae menos adultos que menores, 43, el equivalente a dos aulas de cualquier centro escolar europeo. Venían de Mauritana y la travesía duró cuatro días.

Los inmigrantes llegaron en buen estado. Durante los próximos días, los que parecen menores serán sometidos a una radiografía de la muñeca, la prueba médica que determinará su edad.

El número de menores que llegaron en un sólo día, en un solo bote, ayer a la isla de El Hierro, equivale al número de plazas del último hogar de emergencia abierto por el Gobierno de Canarias la semana pasada, cuando la consejera canaria Inés Rojas, reconoció que muchos niños duermen en colchones en el suelo por falta de capacidad en los casi cuarenta hogares públicos de las siete islas.

La embarcación en la que viajaban alcanzó El Hierro por sus propios medios, un renqueante motor. Fue detectada por un vecino, no por los radares del Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE), aún en pruebas en esta isla, donde se instaló el pasado diciembre.

Desde que lo inventara para Andalucía el comandante de la Guardia Civil Gonzalo Pérez García (asesinado en Irak), el SIVE ha funcionado como un auténtico salvavidas electrónico, ha permitido el rescate de miles de inmigrantes, tanto en el Estrecho, como en Canarias. Pero el sistema tiene fallos. En Lanzarote, este operativo no pudo evitar el naufragio de una patera el pasado 15 de febrero, y la muerte de 25 de sus ocupantes, la mayoría menores, a menos de 20 metros de la costa.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, explicó ayer en el Senado que “el informe de la Guardia Civil” sobre aquellos hechos “demuestra que si el tiempo hubiera sido bueno”, se hubieran podido “salvar esas vidas”. Rubalcaba explicó que el SIVE detectó una serie de ecos de los que no cabía concluir que se trataba de una embarcación, ya que no lo corroboraban ni el rumbo ni la velocidad. El ministro respondió a preguntas de la senadora canaria del PP por Las Palmas, Josefa Luzardo, quien lamentó que este sistema no hubiera podido evitar lo que denominó “la mayor tragedia en 15 años de llegadas de inmigrantes a Canarias”.