Atado de pies y manos en una habitación oscura, entre colchones, torturado intermitentemente y teniendo que hacer sus necesidades en una lata. Así estuvo durante 13 días Azmed, un ciudadano marroquí, en una casa de las afueras de Fresno de Torote (1.600 habitantes). Los secuestradores pedían a la mujer de Azmed que pagase 300.000 euros a cambio de la vida de su marido, según fuentes cercanas al caso. Diez personas, ocho de ellas marroquíes, han sido detenidas en relación con el secuestro, informó ayer la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Los detenidos, según las primeras investigaciones, eran sicarios contratados para un ajuste de cuentas.
Durante el secuestro la víctima sufrió torturas: le tiraban de la lengua con unos alicates, le golpeaban en la espalda con un martillo y trataban de arrancarle dientes. Para acallar sus gritos, lo ponían boca abajo en uno de los colchones de la sala en la que estuvo confinado. La casa, una pequeña construcción de ladrillo en una parcela con hierbajos, está apartado de otras construcciones de la zona. Los vecinos que paseaban ayer por la mañana por allí no sabían nada de lo ocurrido, y recibían con sorpresa la noticia.

No era la primera vez que intentaban secuestrarle. Según explicó el hermano de la víctima a la policía a mediados de febrero, cuando se denunció la desaparición, ya en octubre unos desconocidos habían intentado introducirle en un coche. No lo consiguieron, y le robaron su vehículo. Pero esta vez le alcanzaron cuando se dirigía a rezar a la mezquita.

Los secuestradores se ponían en contacto con la familia de la víctima por teléfono. La última llamada tenía su origen en Marruecos. Gracias a ella, la policía localizó tanto a la persona que se iba a encargar de recibir el rescate como el piso franco que tenía la banda en Fuenlabrada. Agentes del Grupo Especial de Operaciones (GEO) lo registraron, pero ni Azmed ni sus secuestradores estaban allí.

También localizaron una segunda vivienda propiedad de uno de los supuestos miembros de la banda: el chalé de Fresno de Torote.

Parte de los captores, al sospechar que la policía podría averiguar la ubicación de este segundo domicilio, trasladaron el pasado día 3 al secuestrado en coche hasta abandonarlo en las proximidades de Camarma de Esteruelas, un pueblo cercano a Fresno de Torote. Fue allí donde, según la policía, se encontró al hombre, que estaba en unas condiciones penosas.

El resto de los captores permanecía en el chalé de Fresno de Torote cuando llegaron los agentes, por lo que cinco de los integrantes de la banda, entre ellos el propietario del chalé, fueron detenidos allí. Los agentes hallaron indicios de que una persona había permanecido cautiva varios días. También encontraron documentos falsos. Según la policía, la banda estaba muy organizada y podría ser parte de una banda internacional.

Ocho de los detenidos son de origen marroquí. De ellos, sólo uno, M. K., tiene antecedentes policiales por lesiones y detención por reclamación. Otros dos integrantes de la banda fueron detenidos en la localidad cercana de Alcalá de Henares. El primero de ellos es un hombre de origen palestino, que responde a las iniciales A. A. M. S., y ha llegado a utilizar cinco identidades diferentes, sumando en cada una de ellas varios antecedentes policiales. En la mayoría de las ocasiones fue detenido por delitos contra el patrimonio. El último detenido, T. T. V., es de origen búlgaro y ha sido arrestado con anterioridad en tres ocasiones por robo con violencia e intimidación.

La operación continúa abierta, por lo que la policía no descarta más detenciones.