El rayo de la fe

Un rayo calcinaba parte de la estructura de la iglesia de San Cristóbal en Derio, dejando a los creyentes ortodoxos sin sede para sus ritos. Texto y

Deia, 10-03-2009

LA fortuna quiso que un rayo impactase fuertemente contra el campanario de la iglesia de San Cristóbal en Derio, la misma dónde se fundó la anteiglesia hace más de 320 años, sin que hubiese que lamentar herido alguno. La estructura, quedó gravemente dañada, al igual que una docena de coches, aparcados junto al templo, que padecieron el impacto de las piedras caídas.

Todo quedó en un susto, que, sin embargo, ha tenido una consecuencia directa. Los fieles ortodoxos de Bizkaia se quedaban sin sede para sus ritos. De forma acelerada se trasladaba a la capilla del cementerio de Vista Alegre, gracias a la intervención del capellán Alberto, que conocía la situación en la que se encuentra esta comunidad.

Llevan dos años celebrando sus misas en San Cristóbal. La mayoría proceden de Rumania, aunque también hay georgianos, griegos, o rusos. Bajo el manto del padre Petrov David, los más de 200 creyentes habituales se reúnen cada domingo durante las tres horas que dura la liturgia, para orar siguiendo las tradiciones de sus países de origen, recitando plegarias en varios idiomas, incluido el castellano, aunque prevalece el rumano.

Según el padre Petrov, la situación actual es muy preocupante “ya que no sabemos cuándo podremos regresar a nuestra iglesia, y se acerca una época muy especial”. Los ortodoxos, celebrarán próximamente la Cuaresma o las fiestas de Pascua, con largas misas.

“Nosotros estamos acostumbrados a rezar hasta bien entrada la noche, es nuestra tradición, y aquí en la capilla nos tendremos que adaptar al horario tradicional del Cementerio” anuncia el padre. “Estamos muy agradecidos al capellán del centro y al Obispado por el apoyo mostrado, pero estamos esperando tener noticias sobre la situación de San Cristóbal, para conocer cuándo podremos volver”, señalan.

Al parecer, arquitectos municipales con miembros del Obispado se reunirán esta semana, para conocer el alcance de los daños causados por el rayo, que fulminó el campanario, que al caer, por su parte, daño aparentemente la estructura del edificio.

Los fieles congregados en la iglesia, son en su mayoría jóvenes emigrantes, con niños pequeños, la mayoría ya nacidos en Bizkaia. Llegan desde diferentes lugares “y ha sido muy difícil contactar para anunciarles el cambio de sede.”

Más de 200 creyentes habituales se reúnen cada domingo durante las tres horas que dura la liturgia ortodoxa

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