Los radares de la Guardia Civil desplegados en Lanzarote detectaron en tres ocasiones, el pasado 15 de febrero, la patera que horas después naufragó a sólo 20 metros de la costa. En el naufragio murieron 25 inmigrantes, 16 de ellos menores. Esta constatación figura en un informe interno de la Guardia Civil cuya autenticidad ha sido confirmada a EL PAÍS por mandos del instituto armado.

Las mismas fuentes han explicado que los ecos de la barca en el radar fueron verificados horas después de la tragedia, al revisar las grabaciones del aparato. Las tres señales aparecían entre otras miles producidas por fuertes olas, ya que aquel día el mar estaba muy encrespado. Por ese motivo no fueron tenidas en cuenta y nadie dio la alarma para poner en marcha un dispositivo de rescate que pudo haber salvado la vida a los inmigrantes.

“Los radares reciben continuamente miles de destellos que son analizados por el radarista de turno conforme a un protocolo”, explica un mando de la Guardia Civil. “Los tres destellos producidos aquel día por la embarcación fueron muy breves y, como tantos otros, no superaron el filtro establecido. Sólo revisando las grabaciones una vez conocido el naufragio fue posible relacionarlos con lo ocurrido. No hubo ninguna negligencia”.

La filtración, el pasado domingo, del informe de la Guardia Civil ha sido utilizada por los dos socios del Gobierno de Canarias (Coalición Canaria y Partido Popular) para atacar a la delegada del Gobierno en el archipiélago, Carolina Darias.