"Las instituciones no están preparadas frente al maltrato a las inmigrantes"

Diario de noticias de Alava, itsaso estarrona, 01-03-2009

vitoria. El centro cívico Aldabe acogió ayer un taller sobre la prevención de la violencia en contextos de inmigración, organizado por la ONGD Haurralde y a cargo de Nilda Susana Gorvein, abogada y presidenta de la asociación Pro – mujer Eraldatzen en Alto Urola.

¿Qué diferencia la violencia de género con marca ‘inmigrante’?

La violencia de género tiene una doble o triple incidencia en la persona inmigrante: por ser mujer, por ser inmigrante y por ser víctima de maltrato. Sufren factores añadidos que les dejan en una situación de especial vulnerabilidad.

¿Cuál es la receta de la prevención?

Por una parte, todavía queda trabajo por hacer en el ámbito legislativo: actualmente, la Ley de Extranjería se contradice con la Ley de Violencia contra las mujeres, por ejemplo. Por otro lado, además de un marco normativo vasco y otro estatal disponemos de convenciones ratificadas a nivel internacional – como la de no discriminación – que deberían poder proteger a las mujeres.

¿Van las instituciones a la zaga?

Las instituciones todavía no están preparadas para afrontar la problemática de la violencia de género en un contexto de inmigración. Quienes trabajan en ella a veces conocen la problemática de estas personas, y otras veces no. Sirva como ejemplo el sistema de salud: muchos profesionales no conocen el Síndrome de Ulises y, por lo tanto, cuando una mujer inmigrante va con un cuadro depresivo le diagnostican una depresión corriente, en lugar de una depresión propia del proceso migratorio – cuando la diferencia abismal – . Ni siquiera la Organización Mundial de la Salud tiene un protocolo de atención sanitaria para personas inmigrantes. En este contexto, a veces resulta más eficaz la red informal que uno tiene a su alrededor.

¿Son las asociaciones quieren tiran de este carro?

Suelen conocer mejor la problemática porque trabajan día a día con la mujer inmigrante, atendiéndola, escuchándola. No obstante, no podemos perder de vista que quienes trabajamos en las asociaciones tenemos que formarnos: tener elementos de juicio y conocimientos para valorar esa situación.

¿Sufren más violencia de género las mujeres inmigrantes o es sólo un prejuicio?

Es un prejuicio. Las inmigrantes sufren factores añadidos, pero eso no significa que la violencia que ellas sufren sea peor o de mayor magnitud que la que sufre una mujer local.

¿El trabajo con los agresores inmigrantes también debe ser distinto?

Claro. De hecho, uno de los factores que agrava la violencia de género es que la pareja quiera establecer aquí la misma dinámica de relación que en su lugar de origen. Muchas veces la mujer viene primero, consigue trabajo, conoce el contexto, y después trae a su familia. Cuando viene su pareja, ésta pretende instalar la misma dinámica de interacción que tenía allá, y eso no es posible. El modelo ha cambiado y, con este choque, es más probable que surjan situaciones de violencia.

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