RIO ARRIBA

'Tiro' al moro, tiene premio

El Mundo, ANTONIO LUCAS, 18-02-2009

Estamos echando la persiana en el viejo mercado de esclavos. El Estado ya no necesita a los uñas negras, a las mulas, para levantar un bienestar que se ha revelado frágil, falso, espumillón de fanfarrones. Es el momento de devolver el excedente, la chatarra humana, al paria que ya no sirve para acarrear el fardo sobre el lomo salvaje. No quedan bultos que transportar en el infierno.Entonces llega el remedio sin remedio, el atropello, los modales trucados para barrer las calles de los sin papeles que hace un año aún eran necesarios y nos hacían muy bien el hoyo de la acera o el cuello de la camisa.


El Ministerio de Interior ha decretado el fin de la fiesta.La consigna es expulsar a los morenos, hombres de mirada vegetal, toda una cartografía desesperada. Rubalcaba, en un alarde de socialismo, pide a los maderos eficacia en la redada. Hay que llenar los aviones de vuelta. Le cambia a los agentes un par de moros detenidos por dos días de libranza. Es su modo de incentivar la eficacia. Acción reacción. Es la consigna oficial y tumefacta contra la antorcha quemada de la inmigración, los sherpas de nuestra morosa prosperidad. Han pasado de solución repentina a inconveniente y sospecha. El racismo mal encarado rebrota en las poltronas. No se puede ser tan cacique, aunque ya sabemos del juego maniqueo en los despachos oficiales. Uno llega a pensar que el turbio pozo de la realidad es una molestia para la política.Pero es su molestia preferida.


Hay que ser muy reaccionario para propiciar cacerías humanas – y de las otras también, señor Bermejo – . Hay que ser furiosamente cafre para apostar patrullas de policía en las bocas del Metro con el único objetivo de trincar inmigrantes al paso. La legalidad de ciertas acciones no implica su legitimidad. Este es un momento de peligrosas mutaciones ideológicas, de jugar con la baraja de las ideas según convenga para no perder el póker del poder.Parecemos Italia. Y lo digo para ofender. Es la defunción de la política en beneficio del Estado privado. Un gobierno de izquierdas que regala bonos de vacaciones a la Policía por detener y deportar inmigrantes desahuciados cuando ya no se les puede explotar más…¿sigue siendo un gobierno de izquierdas? Con su permiso: me descojono.

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