"El problema del centro de menores de Tolosa ha sido el excesivo número de personas que ha acogido"

Diario de noticias de Gipuzkoa, j. napal / r. gabilondo, 17-02-2009

tolosa. Dolido y desilusionado. Así se muestra Bildarratz, ante los últimos acontecimientos sufridos en el centro de menores. No se explica el comportamiento de estos jóvenes, que ayer se despidieron del municipio protagonizando una nueva polémica. Sin embargo, se muestra reflexivo, consciente de que a los políticos “nos toca lanzar un mensaje equilibrado”. Insiste en que es preciso una “compensación territorial” para que la atención a los menores llegue a buen puerto. Por eso no comprende que “Gipuzkoa atienda a 280 menores mientras que en Burgos son 25”.

El mismo día de su cierre, el centro de menores vuelve a convertirse en el foco de los conflictos…

Estoy preocupado y muy enfadado. No creo que ésta sea la manera de responder a un municipio que ha intentado trabajar por la integración y el desarrollo de estos jóvenes. Me duele mucho que se despidan de esta manera, independientemente que sean uno o dos los que han cometido el incendio. No entiendo cómo no se ha podido atajar este tipo de situaciones antes de que ocurriesen.

¿Busca a algún culpable?

No, porque en Tolosa ya han terminado, el centro está cerrado. El problema es que me quedo con muy mala sensación, porque la gente del municipio ha trabajado mucho por ellos. Tras el incendio, me he acercado al centro y he estado hablando con los menores. Les he trasladado mi enfado, se lo he dicho a ellos a la cara, porque me duele que el comportamiento de los vecinos de Tolosa haya sido ejemplar y ellos se lo hayan pagado así. Los habitantes de esta localidad han sufrido cantidad de altercados y más que altercados, porque ésta ha sido una situación muy dura para Tolosa. Estoy defraudado.

Ahora, ¿se ha quitado un peso de encima? Desaparece un centro en el que ha habido bastantes problemas hasta en sus últimas horas de funcionamiento, que ha aportado grandes cosas, pero también unos cuantos disgustos.

No ha sido una gestión fácil… Ni mucho menos, aunque ha ayudado mucho el trabajo que ha realizado en esta segunda legislatura la diputada de Política Social, Maite Etxaniz. La comunicación ha sido muy fluida, y se nota su paso por una alcaldía porque conoce los problemas que pueden originarse en un municipio.

¿Una relación fluida lejos de la que existía con la anterior diputada?

En su día lo aclaramos también con ella porque entendíamos que se estaba trasladando una imagen que nosotros veíamos diferente desde el municipio. Ahora existe un mismo diagnóstico, algo clave para poder trabajar con menores extranjeros no acompañados.

A pesar de esa buena sintonía, ¿cuántas veces ha sugerido que había que cerrar el centro?

Les he trasladado en diferentes ocasiones que Tolosa estaba teniendo problemas y que había que gestionarlos. Además de atender los que presentaban los menores, era preciso hacer hincapié en los que se generaban en el municipio. Siempre hemos intentado satisfacer ambas partes.

¿Qué se ha hecho mal?

Hay que plantearse si la distribución por territorios de menores que se está llevando a cabo es la más proporcional. Creo que hace falta una reflexión en torno a ello. Además, la Diputación se ha quedado sola ante un problema que vivimos todos. Muchas veces no ha contado con los elementos necesarios para ejercer su función de tutela. Hace falta una implicación mucho mayor de las instituciones, de la Fiscalía, los jueces…

Se ha quedado sola, pero es la competente en esta materia…

Sí, pero no es nada fácil dar una respuesta, de ahí que nosotros hayamos intentado ayudar siempre. Hemos puesto en marcha un grupo de trabajo técnico en el que se han implicado centros escolares y agentes de Tolosa para que este centro funcionase de la mejor manera posible. Pese a ello no se ha logrado. Y yo me planteo: ¿Por qué en 2008 llegaron a Gipuzkoa cerca de 280 menores mientras que a Burgos fueron 25? Es decir, vamos a un problema que va más allá de la competencia de Diputación y que tiene que ver con las descompensaciones que hacen que una situación sea más complicada que otra.

¿Por eso Tolosa se ha convertido en fuente constante de controversia?

Es que acogía a un número de chavales muy superior al que el propio centro podía aceptar. Cuando se rompe ese equilibrio, es muy difícil trabajar.

Desde que se abrió el centro se han registrado incidentes. ¿Pero no cree que en la misma medida comienza a surgir un discurso racista que toma la parte por el todo?

Es verdad que en cuanto surge un conflicto en un centro de estas características, inmediatamente tiene unas consecuencias negativas para el resto del colectivo. En los últimos años estamos conociendo un proceso migratorio muy interesante, natural y rico, pero las situaciones de presión no ayudan nada.

¿A qué se refiere?

Cuando Tolosa comenzó a acoger a menores, algunos de ellos habían estado alojados hasta ese momento en hoteles. Entiendo que era así porque la Diputación no tenía plazas donde darles cabida. Estamos hablando de un proceso nuevo en el que todos hemos tenido que aprender y aportar. No ha sido una situación fácil de gestionar.

¿Tolosa se ha convertido en pagana de esa falta de recursos?

Tolosa tiene una tradición en la que todo lo que tiene que ver con lo social adquiere un gran protagonismo, pero vuelvo a insistir en que el mayor problema que ha tenido este centro es el exceso de personas que ha acogido, algo motivado por la descompensación territorial a la hora de gestionar esta ayuda.

¿Es complicado dar respuesta a un fenómeno tan cambiante?

Tenemos ejemplos en el día a día. Hace cosa de un mes quedé una noche con unos padres preocupados por la situación que se estaba despertando en torno al centro. Bajé a atenderles a la entrada del Ayuntamiento y, casualmente, me encontré con tres menores que acababan de bajar de un camión, una suerte de polizones cuya llegada pudieron ver aquellos padres. Es decir, todos los días se están produciendo situaciones en las que llegan menores sin papeles que provocan situaciones de desajuste.

¿La reforma que se acometió en el centro no sirvió para nada?

En las Juntas Generales se pidió una visita a las instalaciones y así se hizo. Todos pudimos ver en qué situación se encontraba, pero a pesar de mejorarlo, hace falta un número de educadores adecuado en unas condiciones posibles, algo que no ha ocurrido.

Abrir nuevos centros de menores en Gipuzkoa se está convirtiendo en una labor extremadamente difícil por el creciente recelo que se viene despertando en la sociedad. ¿Qué papel cree que están cumpliendo los ayuntamientos a la hora de facilitar ese trabajo?

El elemento clave es la proporción de recursos respecto a la población a atender.

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