En el momento del suceso sólo quedaban ocho jóvenes, ya que estaban siendo trasladados a otros recursos

tolosa. Era su último día en el centro de menores de Tolosa y, al parecer, decidieron darle una despedida a su manera. A las 12.15 horas, los Bomberos de la Diputación recibían una llamada realizada por los educadores del centro de acogida de urgencia de menores inmigrantes en la que se advertía de que se había declarado un incendio en una de las habitaciones de la planta superior del edificio conocido como Sevendenea.

Para cuando llegaron los efectivos del parque de Tolosa, los trabajadores ya se habían encargado de sacar a los ocho jóvenes que quedaban en el interior y evitar así que se pudieran producir daños personales. Los bomberos actuaron rápido y eso permitió que el fuego apenas afectara a la habitación donde se originó y a la parte del techo situada encima, además de a otro cuarto contiguo.

En el resto del edificio, sólo las huellas del humo y el olor advertían de lo ocurrido, así como el rostro disgustado del personal de seguridad y de los empleados. “¿Que qué ha pasado? Los menores han prendido fuego al centro”, resumía con rabia uno de ellos.

Otros, más cautelosos, sólo se referían a que se había producido un incendio en una habitación, sin querer hacer más comentarios al respecto. Y es que este centro, en particular, ha dado mucho que hablar por algunos problemas que denunciaron los propios trabajadores y por la actitud de varios internos. Por eso, ayer, era “el último día de los menores en este centro”, como afirmaba resignada una de las educadoras, ya que iban a ser trasladados a otros servicios más adecuados. Justo esta noticia fue la que se empañó con el desgraciado suceso.

un año después de segura Fuentes del Departamento de Política Social de la Diputación de Gipuzkoa confirmaron que las primeras pesquisas de la investigación apuntan a que el incendio fue provocado. Por esa misma razón, dos de los menores fueron conducidos a declarar a la comisaría de la Ertzaintza, aunque según precisaron desde Interior, no habían sido detenidos.

Por desgracia, parece que un año después la historia se repite. Y es que el 7 de febrero de 2008, cuatro menores eran detenidos (aunque dos fueron absueltos) por prender fuego a un colchón de una de las habitación donde residían de forma provisonal en el albergue de Segura. Era su última noche antes de regresar, precisamente, a Tolosa, un inmueble que entonces estaba siendo reformado. Hoy día, se están llevando a cabo las obras de rehabilitación del aterpe, que quedó totalmente impracticable.

En esta ocasión, hubo más suerte y la rápida actuación de los bomberos impidió que el fuego en el centro tolosarra fuera a más. Pero no consiguió evitar, al parecer, que los menores presuntamente repitieran un año más tarde la misma treta: el último día de estancia, cuando saben que no van a seguir en dicho centro, le prenden fuego.

plan de reorganización A lo largo de toda la mañana se había procedido al traslado de los menores a otros recursos de la Diputación de Gipuzkoa. Todo ello formaba parte de un plan de reorganización de diferentes servicios residenciales y asistenciales de la Dirección General de Infancia y Juventud, por el que se han movilizado a más de medio centenar de menores. Sólo quedaban ocho en su interior cuando se produjo el incendio.

Aunque desde la Diputación aseguraron que este suceso no impedirá proseguir con el plan mencionado, sí que de algún modo irrumpió confirmando los peores temores que tenían los principales responsables del departamento, es decir, que se repitiera lo ocurrido en Segura.

El incendio no despertó una gran expectación porque el lugar en el que se encuentra situado el centro de Tolosa, en la avenida de Donostia, justo a la altura de la entrada al municipio desde la N – I, está poblado de talleres y empresas. Aunque sí que alguno de los trabajadores siguió de cerca la labor de los bomberos, que pese a ser un incendio de pocas dimensiones, se prolongó hasta las 15.00 horas.

Poco después el lugar volvió a la normalidad y, de esta forma, se pudo echar el cierre, que era lo que en principio estaba previsto, antes de que el incendio empañara la decisión de sus responsables.