"La inmigración crece rápido y se trabaja en proyectos que se quedan cortos a pesar de las buenas intenciones"

Diario de noticias de Gipuzkoa, leire gondra, 16-02-2009

bilbao.¿Cómo ha acogido la sociedad vasca la llegada de inmigrantes?

Las cosas, a pesar de ser difíciles, van por buen camino. Hay una verdadera preocupación por parte de las instituciones por hacer que la inmigración sea un factor positivo para la sociedad. Tanto el Gobierno Vasco, como Diputación y ayuntamientos han creado departamentos que trabajan por la integración social del inmigrante. Tenemos buenas relación con estas instituciones. Sus objetivos y los nuestros son los mismos. Pero la crisis ha hecho que ahora sea muy difícil encontrar trabajo a los inmigrantes. Uno de nuestros proyectos es el acompañamiento sociolaboral, porque entendemos que cuando las personas encuentran cómo satisfacer sus necesidades vitales es cuando empieza la integración. Lo social y cultural vienen luego.

Hay quien dice que les quitan trabajo a los autóctonos…

Los inmigrantes ocupan trabajos en el sector servicios, y cubren los puestos que dejan vacantes las personas locales. Nadie pretende tomar un trabajo que no le corresponde. Los inmigrantes son conscientes de que vienen a ocupar un trabajo en el sector servicios, aunque pienso que traen la íntima aspiración de que poco a poco se irán ganando un trabajo acorde a su cualificación. Pero hoy día las cosas están difíciles.

¿Qué tal se ha trabajado desde las instituciones esta legislatura?

Bien. Hay departamentos dedicados exclusivamente a trabajar en pro de la inmigración, pero es un proceso muy difícil. Hay que trabajar desde las bases, desde la educación. Es un fenómeno nuevo para esta sociedad, que debe acostumbrarse a ver a los nuevos ciudadanos, aceptarlos y entender que vienen a hacer un aporte económico y cultural. El inmigrante no es un amenaza, sino un factor positivo y necesario. Todo el mundo habla de que se llevan las ayudas y que son muchos. Hay muchos estereotipos y las instituciones deben trabajar contra eso.

¿Hasta que punto es responsabilidad de las instituciones cambiar esos estereotipos?

Las instituciones tienen que asumir una política y, a partir de ahí, desplegar todas las acciones. Hay que empezar a trabajar en la igualdad ya desde los colegios y hacer campañas que impliquen a toda la sociedad para que ésta sepa realmente qué es la inmigración y qué puede aportar. Los vascos saben que la población local es poca para cubrir todos los puestos de trabajo que pueden ayudarles a mantener su nivel de bienestar y saben que los inmigrantes pueden facilitar esa mano de obra.

¿Cuales son los puntos fuertes de la labor de los organismos públicos?

Las instituciones han logrado una interlocución real con las asociaciones de inmigrantes, han logrado desarrollar proyectos comunes y se han hecho cosas positivas. Además, no permiten la malversación de fondos, sino que están pendientes de la justificación, de que todo se haga bien.

También habrá carencias…

El número de inmigrantes crece vertiginosamente y a pesar de las previsiones no se puede llegar a todo. Se trabaja en proyectos concretos que se quedan cortos a pesar de las buenas intenciones. Además, hay inmigrantes que llegan y quieren conseguir su dinero para paliar sus necesidades, pero no tienen la mínima intención de integrarse ni entienden por qué tienen que hacerlo.

¿Qué ha quedado pendiente?

Queda mucho. Hay que llegar al inmigrante y a la sociedad vasca para que vean que las sociedades modernas, justas, y desarrolladas son aquellas en las que no hay marginación y donde se aprovecha todo lo que aportan sus ciudadanos para hacerse más ricas.

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