La orden exige que se dé preferencia al arresto de marroquíes porque su expulsión resulta más barata

Los policías que patrullan las calles de Madrid tienen órdenes de sus superiores de detener a un número mínimo semanal de inmigrantes en situación irregular. En el marco de una campaña destinada a aumentar la cifra de arrestos de extranjeros irregulares, la Policía Nacional ha elaborado un informe en el que se detalla el número de detenciones de extranjeros sin papeles que se debe practicar en cada distrito de la capital en función de su población. La orden establece incluso que si una determinada comisaría no consigue la cifra de arrestos estipulada, debe cruzar los límites de su ámbito de actuación y proceder a las detenciones exigidas en otros distritos.

«Extranjeros: en base a la población de cada distrito, hay que hacer un número de detenidos. Villa Vallecas, objetivo=35. Si no los hay, se va a buscarlos fuera del distrito», especifica la nota interna entregada en la comisaría de Vallecas, publicada ayer en varios medios digitales. El resto de comisarías han recibido instrucciones similares.

Pero las órdenes van más allá y recomiendan que se dé preferencia a la detención de marroquíes sobre los extranjeros de otras nacionalidades, como los bolivianos. El motivo no es otro que el ahorro en los costes de la expatriación. Así, se propone que a la hora de enviar a los detenidos a un centro de internamiento de residentes (CIE), se dé prioridad a los marroquíes porque es posible realizar los trámites de repatriación con el Gobierno de Rabat en el plazo máximo de internamiento de 40 días que marca la ley, al contrario de lo que ocurre con personas procedentes de otros países. Además, se explica que el coste de las repatriaciones a Marruecos es asumible, ya que no es necesario hacerlo en avión.

«Bolivia, no se expulsan»

«Marruecos, prioritario (se expulsan porque la mayoría del traslado se hace por carretera y se documentan bien. Bolivia, no se expulsan en la actualidad. (Capacidad de plazas en vuelo, limitadas)», precisa la nota interna recibida en las comisarías.

El proceso para la expatriación de un indocumentado comienza con su detención y traslado a la comisaría correspondiente al distrito. Allí se le abre un expediente de expulsión. La policía deberá llevar posteriormente al arrestado al centro de internamiento de residentes hasta que se aprueben los trámites de deportación. Pero en la práctica, la saturación de los centros hace que muchos de ellos, especialmente los originarios de países donde la burocracia para la repatriación es más compleja, queden en libertad antes de que se cierre su expediente.

El Gobierno ha anunciado recientemente su intención de aumentar a 60 días el plazo máximo de internamiento en un CIE. El plan para incrementar el número de detenciones de extranjeros en situación de irregularidad se diseñó en una reunión de comisarios de la Jefatura Superior de la Policía Nacional celebrada el pasado 12 de noviembre.