Crisis obliga a migrantes a enviar menos remesas 

Prensa Libre, 14-02-2009

Washington Los guatemaltecos que viven en EE. UU. comparten la misma preocupación: ¿qué van a comer sus hijos si ellos no pueden enviar dinero —remesas— como acostumbraban cada mes? Ahora algunos mandan menos recursos, y otros ya no envían.

La crisis económica y la pérdida de empleos en los últimos meses ha dificultado que miles de guatemaltecos puedan trabajar, enviar remesas y llevar una vida digna en este país.

El pago de alquiler y alimentación también se ha incrementado, mientras los días pasan sin que puedan obtener trabajo permanente.

“Yo me preocupo por mis hijos. ¿Quién les va a dar de comer si yo no mando dinero? Pero la situación está muy difícil ahora; a duras penas podemos juntar para el arrendamiento y la comida de nosotros acá. ¿Cómo vamos a mandar dinero a Guatemala? No nos alcanza”, confesó Francisco Javier Quej Caal, quien migró desde Petén hace dos años.

En Guatemala, Francisco dejó a cinco hijos, de 5, 7, 9, 11 y 14 años, al cuidado de su esposa. Hace tres meses les mandaba al menos US$250 (unos Q1,750) cada 15 días; ahora lleva varias semanas de no enviar nada.

Su caso se repite en la comunidad migrante en este país. Estamos “muy preocupados” por la situación, reconocieron guatemaltecos entrevistados por Prensa Libre.

La situación golpea a todos, pero más a los migrantes que no tienen documentos y no pueden tener acceso a prestaciones ni seguro.

En la zona de Langley Park, Maryland, donde está ubicado el centro comercial La Unión, se puede observar que varios guatemaltecos que, debido a que no encuentran trabajo, visitan el lugar para “pasar las horas” del día.

Muchos de ellos evitan ser entrevistados. “Me da pena con mi familia, porque no les he mandado nada y no quiero que sepan las penas que estoy pasando”, dijeron algunos guatemaltecos, cuya mayoría migró desde Quetzaltenango, Totonicapán y Huehuetenango.

Según Irma Leticia Samayoa de Guerra, guatemalteca y propietaria del restaurante La Bamba, en Silver Spring, Maryland, en los 30 años que tiene de vivir en este país nunca se había dado una crisis de esta magnitud.

“Desde hace un año se empezó a registrar una baja en el negocio, pero en los últimos meses se ha sentido más, porque muchas personas han perdido su trabajo, por lo que no tienen dinero para gastar”, afirmó.

Desde Agua Blanca, Jutiapa, Roberto Carpio, de 25 años, ha migrado dos veces a EE. UU. La primera fue hace cuatro años, y después de que volvió a Guatemala decidió viajar de nuevo. Ahora tiene dos años de estar aquí, y aseguró que la situación es “mucho más difícil que antes”, porque la estabilidad económica es menor y el precio de las cosas se ha incrementado.

“Hay que tomar en cuenta que en este país se debe pagar mucho por alquilar un apartamento, y por la comida y el transporte. Es muy complicado tratar de ahorrar, pero en Guatemala todo es más duro”, refirió Carpio.

Él trabaja junto a varios guatemaltecos en la panadería Chapina Bakery, pero todos coincidieron en las dificultades que afrontan para sostenerse y enviar dinero a sus familias.

“Nosotros tenemos suerte de tener trabajo, pero eso no quiere decir que el dinero nos esté alcanzando”, expuso Carpio.

También Arturo Guox, quien viajó desde Totonicapán y tiene un año y medio de vivir en este país, aseguró que soñaba con llegar, pero nunca pensó en las dificultades.

César Mateo Martínez, de San Luis Jilotepeque, Jalapa, espera que la administración del presidente Barack Obama pueda enfrentar la crisis y lograr una reforma migratoria integral. Él tiene 10 años de haber dejado Guatemala, donde trabajó como panadero, lo cual le facilitó obtener un trabajo, pero la mayoría de los connacionales migra sin haber asistido a la escuela.

“Yo tengo esperanza en el cambio y en que el presidente de EE. UU. cumpla con las promesas que hizo”, dijo Martínez.

Benjamín Monterroso, del Sindicato Internacional de Empleados del Servicio (SEIU, en inglés), quien esta semana visita Washington, expresó que se están organizando a escala nacional para solicitar el apoyo de Obama, pero que los cambios llevarán tiempo.

“Sabemos que no solo los latinos están afectados por la crisis, pero el mayor número de indocumentados es de América Latina, por ello se está promoviendo la aprobación de una reforma migratoria. Me gustaría ver más esfuerzo de nuestros gobiernos, porque no solo se trata de recibir menos remesas, sino de graves problemas familiares”, resaltó Monterroso.

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