Wilson Romero, director del Instituto de Investigaciones Económico Sociales, de la Universidad Rafael Landívar, habla del impacto de la caída de las remesas.

Esto se había previsto desde el año pasado, y con los datos del Banguat se confirma. Los logros de cinco años (en disminución de la pobreza) es probable que sean barridos en un año.

El 50 por ciento de la reducción de la pobreza entre los años 2000 y 2006, que fue de 5 por ciento, se debió a las remesas, y el resto, por estrategias de las familias para obtener más ingresos.

Lo que se ve es que los logros fueron precarios, sin una base sólida. De allí se advierte que una rebaja en las remesas va a impactar sobre la pobreza en el país, principalmente en las áreas rurales y en aquellas zonas desde donde las personas han emigrado.

La línea de la pobreza se mide por el nivel de consumo, y al reducirse el ingreso de los hogares, como resultado de la reducción de las remesas, más personas van a quedar debajo de esa línea.

Es por ello que el primer impacto será en el consumo. Se debe recordar que esos hogares gastan entre el 80 y 90 por ciento de sus ingresos en productos alimenticios; por eso también se advierte que la nutrición va a ser golpeada de manera directa.

Al verse las remesas reducidas va a aumentar la pobreza, no solo en términos relativos, sino en reales, y es muy probable que en términos absolutos el número de pobres aumente en 50 por ciento.

Cuando hubo una reducción del 5 por ciento de la pobreza, fue en condiciones favorables, con un crecimiento de la economía a través de los años hasta llegar a 6.3 por ciento, estabilidad macroeconómica y aumento de remesas.

Ahora la situación se invierte, ya que el crecimiento de la economía será menor, las remesas están bajando y, por la incertidumbre, es probable que disminuya la inversión externa e interna.

Hay varios factores contrarios al período anterior y es evidente que la pobreza aumentará fuertemente.