La actualidad es tan caprichosa que hoy nos encontramos en el periódico con dos noticias contradictorias: la que asegura, en las páginas de nacional y en referencia a la encuesta realizada por el Gobierno de la nación, que la inmensa mayoría de la población de origen musulmán se siente integrada en nuestro país, y la que anuncia por otra parte la intención de la Comunidad Islámica de ir descartando las propuestas de parcelas en la ciudad de Sevilla para construir la dichosa mezquita, y buscarlas en el extrarradio, puesto que las que el Ayuntamiento cedía no se adecuaban a las necesidades requeridas. Las preguntas se agolpan en el procesador de textos, pugnando por llegar también, como las mencionadas crónicas, a las páginas de este diario: ¿Es qué quienes hacen ese sondeo encargado por el Ministerio del Interior, el de Justicia y el de Trabajo se han olvidado de preguntar a los musulmanes radicados en Sevilla? ¿Es que aquí no somos tan hospitalarios con las gentes de otro credo como lo son en el resto del territorio nacional? ¿Es que la encuesta está maquillada para evitar justificaciones de la xenofobia? ¿Es que en realidad a los promotores de la Gran Mezquita les da igual que esté o no en la capital, con tal de que sea realmente grande y vistosa? ¿Es que realmente somos así de contradictorios? ¿Es que los musulmanes no se sienten tan integrados como dicen? ¿Es que no se está buscando otro suelo para el centro de culto islámico en Sevilla, como también se dice? ¿Acabarán echándonos la culpa a los transmisores de la información, como tantas otras veces, por hacer interpretaciones interesadas de la verdad? ¿No será que no hay verdad, sino interés en estas noticias por parte de sus protagonistas?