Un migrante mexicano muerto es demasiado. Esta frase puede ser común en un funcionario nacional; sin embargo, quien la ha dicho en más de una ocasión es el actual procurador estadounidense, Eric Holder. En los hechos, representa la continuidad en los hitos que vive la sociedad estadounidense: es el primer procurador negro de Estados Unidos y el único secretario de Estado afroamericano en el gabinete del presidente Barack Obama. Este neoyorquino, doctor en Derecho, es un gran conocedor de dos de los principales temas en torno a los cuales gira la relación bilateral México – Estados Unidos: migración y lucha contra las drogas.

Holder sabe bien lo que se puede llegar a ver en México y tendrá poca capacidad de asombro. Como subprocurador de Justicia, durante la administración Clinton, fue testigo de cómo el entonces zar antidrogas en México, el general Jesús Gutiérrez Rebollo, ese militar al que su gobierno palomeó, e incluso calificó como “un patriota”, estaba al servicio de Amado Carrillo, El Señor de los Cielos, extinto líder del cártel de Juárez.

Funcionarios mexicanos que trabajaron temas bilaterales con Holder lo califican como un hombre que defiende ferozmente los intereses estadounidenses, pero que es poseedor de una visión humanitaria en temas de justicia. A su llegada como subprocurador adjunto, en 1997, la procuradora general era Janet Reno, y el Departamento de Justicia tenía bajo su responsabilidad, además de agencias como la DEA y el FBI, el Servicio de Inmigración y Naturalización y la Patrulla Fronteriza, instituciones con delicadas implicaciones en la relación bilateral. Holder ocupó un asiento en la llamada Mesa de Asuntos Urgentes México – EU. Allí tocó temas como el de los vigilantes estadounidenses o cazainmigrantes; las operaciones anti – inmigrantes del gobierno estadounidense, y estrategias para desviar los flujos de migrantes hacia el desierto, en donde mueren decenas de mexicanos al año.

“Holder nos sorprendía por su apertura en temas complicados, los que otros colegas suyos ni siquiera estaban dispuestos a abordar”, recuerda un diplomático mexicano. “Es un gran abogado y un hombre sencillo; no tiene frases grandilocuentes, ni poses, pero puedo asegurar que él fue uno de los constructores del proyecto de seguridad en la frontera”, asegura Juan Rebolledo Gout, ex vicecanciller mexicano.

Holder es hijo de un matrimonio que llegó desde Barbados y se asentó en el barrio neoyorquino del Bronx, donde ocho de cada 10 habitantes son latinos o negros. Aunque nació hace 59 años en ese distrito metropolitano, en realidad creció en el barrio de Queens, donde los grupos de minorías son mayoría, y en las calles se pueden leer tanto letreros en español e idiomas orientales, como en inglés. Sus posturas relacionadas con los derechos humanos le han dado a Holder algunos dolores de cabeza en el Senado.

Mientras que sus partidarios, en las audiencias de ratificación, lo elogiaron por declarar que la técnica de interrogatorio conocida como el submarino —que simula un ahogamiento— es una práctica de tortura, los únicos dos senadores de la Comisión Judicial que se opusieron a su nombramiento, los republicanos John Cornyn y Tom Coburn, mostraron algunas dudas, pues dejaron ver que podría se capaz de castigar a agentes que apliquen interrogatorios “duros” a enemigos de la nación.

Este tipo de críticas no son nuevas para Holder. Durante las audiencias para ratificarlo como subprocurador, en 1997, lo cuestionaron por no ser partidario de la pena de muerte. Para el actual proceso de ratificación de la administración, Obama sabía que la principal piedra en el zapato para Holder sería el polémico caso del indulto otorgado por el presidente Bill Clinton al empresario hispano – estadounidense Marc Rich, a quien el propio departamento de Justicia llegó a considerar como el principal traficante de petróleo en el mundo y que fue acusado de perpetrar la mayor evasión fiscal de la historia de Estados Unidos. No se equivocaron.

El equipo de Obama ya había sondeado el ánimo de los legisladores con respecto a Holder, y aunque sabían que habría algo de pirotecnia, al final el candidato a procurador iba a ser aprobado.

Finalmente, la Comisión Judicial del Senado votó 17 – 2 para recomendar favorablemente a Holder para encabezar el Departamento de Justicia; días después, el pleno, con una votación de 75 contra 21, aprobó su nombramiento. Aunque desde el pasado 4 de noviembre las palabras “por primera vez en la historia” se han convertido en un lugar común en Estados Unidos, esa nación atestiguó el juramento de un afroamericano del Bronx como nuevo procurador general.

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