> FOCOS DE RIESGO

Convivencia pacífica, de momento

El Mundo, Héctor Corpa. Luis Garrido. F. D. González. D. Alberola, 08-02-2009

Trabajadores españoles y extranjeros mantienen un clima de respeto a pesar de algunos enfrentamientos puntuales Los conflictos entre trabajadores españoles y extranjeros acontecidos en 2004 han dado paso a un nuevo clima de respeto y convivencia pacífica que, sin embargo, guarda bajo sí una tensión latente en algunos puntos. Los temporeros de Huelva, la industria textil catalana y el sector del calzado de Alicante se nutren en muchas ocasiones de una mayor masa laboral inmigrante sobre la que ahora acecha una amenaza: el deseo de los españoles en paro de recuperar un puesto de trabajo a toda costa.


ANDALUCIA


Decenas de inmigrantes malviven estos días en diversos asentamientos ilegales alrededor de Huelva a la espera de encontrar trabajo en alguna explotación de fresa, cuya recogida se está retrasando este año por el frío y las lluvias.


Muchas cosas han cambiado desde el cierre de la pasada campaña, y el desplome de la construcción ha provocado un reguero de desempleados que muchos pensaron que podrían suplir a los contratados en otros países. Pero el impacto final del trasvase de mano de obra del andamio al campo aún está por ver. Hasta que no se formalicen los contratos de los temporeros no se podrá calibrar su magnitud, aunque el grueso de la mano de obra – estimada en unas 80.000 personas – seguirá siendo necesariamente extranjera.


No obstante, con datos de la Junta de Andalucía, casi 8.000 onubenses están inscritos en el sistema de Gestión de Empleo Agrario, una herramienta informática para facilitar la intermediación y la contratación entre empresarios y agricultores. La incógnita es cuántas de estas personas, a la hora de la verdad, estarán dispuestas a trabajar.


Tras la entrada de Polonia y Rumanía en la UE se han hecho innecesarios los trámites laborales que implicaba la contratación de personal extracomunitario, y ahora es en Marruecos donde se centra el trabajo: 9.097 mujeres marroquíes vendrán este año a trabajar a la fresa en Huelva, 8.000 de ellas repetidoras.


Hoy, el sector fresero tiene preocupaciones más acuciantes que el de la fuerza de trabajo, como el descenso de la rentabilidad: los precios en Europa son los mismos que a principios de los 90 mientras los costes se han desbocado.


El resultado es un endeudamiento creciente de los pequeños propietarios que conforman las grandes cooperativas. El presidente de Freshuelva, José Manuel Romero, se lamenta del daño que hizo «el listo que hace unos años se inventó el cuento del oro rojo».


CATALUÑA


No acaban de sentirse cómodos cuando se tilda de China Town a las zonas donde se aglutinan sus negocios, aunque hasta en las peluquerías los peinados que mejor se definan sean los que están de moda en el Lejano Oriente y Tsing Tao haga las veces de cerveza local.


Sus objetivos, afirman quienes conforman esta comunidad, no se centran en fundar una población a imagen y semejanza de su país de origen, sino en desarrollar un eje comercial entre sus países y el resto de Europa a través de Barcelona.


Ello origina una presencia china en la Ciudad Condal que resulta totalmente palpable en la calle Trafalgar, en pleno Ensanche, donde ya no son tiendas de baratijas, sino supermercados, peluquerías e incluso centros de diseño. Todo ello sin los pomposos farolillos chinos ni ninguno de sus símbolos culturales. Un proceso de integración entre negocios extranjeros y población autóctona que, según la Unión de Asociaciones Chinas de Cataluña, carece de problemas al ver que incluso los occidentales acuden a menudo a comprar su género.


Aunque la convivencia es pacífica entre los vecinos de toda la vida del barrio y los comercios chinos, en mayo de 2007 algunos ciudadanos se reunieron en la plataforma Ensanche Sostenible para organizar una manifestación contra «la desmesurada concentración china». Pero ésta nunca llegó a realizarse, primero por la oposición de Sos Racisme y la Confederación de Comercio de Cataluña, y finalmente por el veto a la protesta que emitió la Consejería de Interior.


COMUNIDAD VALENCIANA


La calma social impera en Elche. Cuatro años y medio después de que unas 500 personas se tomaran la justicia por su mano contra la competencia desleal asiática y arrasaran dos naves de calzado chino en el polígono industrial de Carrús, el ambiente se ha normalizado en la capital del zapato español, donde el sector no teme un rebrote de violencia xenófoba pese al caldo de cultivo que supone toda crisis económica.


Los más de 80 establecimientos chinos de venta de calzado y de complementos del polígono conviven en paz con sus competidores ilicitanos, que aseguran que aquellas «agresiones raciales», como las definió Amnistía Internacional, no volverán a repetirse pese al delicado momento por el que atraviesa la principal actividad económica de la ciudad.


«En esa época (septiembre de 2004) coincidieron un cúmulo de factores. Se cerraban muchas fábricas, otras se fueron a China, y aumentó el desempleo», comenta Modesto Moya, de Calzados Moya, asentada en Carrús desde 1994. Modesto sostiene que los disturbios del 2004 «fueron un hecho aislado en un año muy malo para el sector, y protagonizado por gente que no tenía nada que ver con el calzado».


El empresario apunta que «el problema no es con los chinos, sino con el Gobierno y el Ayuntamiento por la falta de control de las copias y las mercancías ilegales». y añade: «La situación no es comparable, porque el boom de la llegada de productos asiáticos se produjo durante esos años y había más crispación. Ahora nos llevamos bien y mantenemos relaciones comerciales con ellos, les vendemos zapatos».


CCOO y UGT sostienen, por su parte, que las condiciones actuales de la economía y la crisis en sí misma no son equiparables a las que se vivían en septiembre de 2004. Pascual Pascual, de CCOO, y Gracia Aguilera, de UGT, señalan que aquel año «la globalización afectaba fundamentalmente al sector del calzado, que además sufría la invasión de zapatos fabricados en China e importados a España».


Información realizada por Héctor Corpa (Huelva), Luis Garrido (Cataluña), y F. D. González y D. Alberola (Alicante).

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