José Antich - DIRECTOR

Atención al malestar social

La Vanguardia, , 06-02-2009

DE diferentes países nos empiezan a llegar signos de un creciente malestar social. En algunos, ciertamente, no es nuevo, como es el caso de Francia, que en los últimos tiempos se ha visto sacudida por amplios movimientos de protesta relacionados con el enfado de las nuevas generaciones de hijos de inmigrantes ya nacidos en suelo galo y que desembocó en el conflicto de las banlieues.Con la evolución de la crisis económica y el creciente pesimismo que invade la sociedad, algunos indicios permiten pensar que hay una reactivación de aquel malestar en amplios sectores juveniles, así como en las clases medias. El Reino Unido o Italia también se enfrentan a un panorama similar entre sus ciudadanos, al tiempo que se propaga en muchos sectores un debate imparable, y en muchas ocasiones con claros tintes xenófobos. Habrá que ver, por ejemplo, qué acaba votando la muchas veces envidiada Suiza en un referéndum sobre el convenio firmado en el 2002 con la Unión Europea, y que ahora se debe ratificar, sobre la libertad de residencia y trabajo y su hipotética ampliación a búlgaros y rumanos. En Gran Bretaña hemos visto como en el condado de Lincolnshire. situado en el este de Inglaterra, se ha descombocado una huelga en una refinería de petróleo después de que se garantizara empleo para ciudadanos británicos. España no va a escapar a este debate y la curva de crecimiento de paro hace temer que no será dentro de demasiado tiempo. En el Reino Unido al conflicto social se ha añadido el ácido debate político entre conservadores y laboristas. ¿Les suena? Tiene razón Duran Lleida cuando pide un pacto político y social, porque la situación es excepcional.

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