FERNANDO GARCÍA – La Habana. Corresponsal

Los cubanos ya han presentado 22.000 solicitudes para conseguir el pasaporte español
Cuando era un crío, el hoy cardiólogo cubano Norberto Díaz Reyes le contó un día a su padre que había tenido la premonición de que su vida cambiaría a los 36 años. Se equivocó por dos, pues ahora tiene 38 y fue ayer cuando su existencia dio un vuelco: a mejor, según él nos confirmó al declararse “totalmente feliz por cumplir al fin el gran sueño de retornar a la tierra de mis ancestros”. Norberto Díaz habló así minutos antes de obtener el primer pasaporte que el consulado español en la capital cubana entrega en virtud de la llamada ley de nietos (una disposición que desarrolla la ley de Memoria Histórica).

La misma prisa que el médico cubano y flamante ciudadano español se dio para ponerse el primero en la larga cola del consulado se la va a dar ahora para estrenar el pasaporte. Norberto tiene ya el billete de avión para volar el domingo a Madrid e instalarse definitivamente en España. De hecho, ya tiene apalabrado un trabajo en Valencia como médico generalista, a la espera de tramitar la homologación de su título.

Como todos los facultativos de su país, Norberto Díaz no habría obtenido el permiso de salida sin antes conseguir la “carta de liberación”.

Él la pidió hace seis años y se la dieron hace poco. Entonces dejó su empleo en el hospital del barrio habanero de Marianao, pagado con un salario mensual cercano a los 700 pesos cubanos (unos 25 euros).

Pero él no se va porque quiera huir de la situación, asegura, sino para cumplir el más tozudo y antiguo de sus deseos: volver – aunque sólo haya estado otra vez y tan sólo de paso en EFE un viaje turístico-a la tierra de la que proceden y siempre le hablaron sus padres y abuelos. “No me voy a un país desconocido. Es un viaje de regreso, no de ida”, dice.

El abuelo paterno de Norberto era canario y a los 16 años emigró a Cuba, donde se casó y tuvo descendencia. Un hijo – nacido español-le dio cuatro nietos, nuestro médico entre ellos. Ahora, la ley reconoce a Norberto y sus hermanos el derecho a heredar la nacionalidad de origen del padre, aunque este naciera fuera de España.

Desde la entrada en vigor de la nueva normativa, el pasado 29 de diciembre, el consulado español ha recibido 22.000 solicitudes de cubanos de las que 984 se están tramitando y398 ya están aprobadas. Al final del plazo establecido – inicialmente dos años-,los cubanos así nacionalizados españoles podrían superar los 200.000 (casi el 2% de la población), según las últimas estimaciones.