El Vaticano exige una retractación pública al obispo revisionista

El ultimátum de Merkel obliga a la curia a corregir su mala gestión del caso

La Vanguardia, , 05-02-2009

MARÍA-PAZ LÓPEZ – Ciudad del Vaticano. Corresponsal

La Santa Sede sopesa aplazar hasta después del verano el viaje del Papa a Israel, que iba a ser en mayo
El ultimátum de Angela Merkel a Benedicto XVI por el obispo lefebvriano revisionista ha impulsado al Vaticano a exigir lo que, a estas alturas, era ya un requisito imperioso para restaurar el buen nombre de la Iglesia católica y del Pontífice: que el británico Richard Williamson, negador del holocausto, se retracte si quiere algún día ejercer como obispo en comunión con Roma. La exigencia llegó ayer en forma de nota oficial de la Secretaría de Estado, cuyo titular – y por tanto número dos del Vaticano-,el cardenal Tarcisio Bertone, está en España.

Con este paso, el Vaticano espera zanjar al fin una crisis que le ha distanciado de los dos países protagonistas del holocausto, Israel y Alemania. El diálogo interreligioso con los judíos a través del Gran Rabinato de Israel ha quedado suspendido, y ahora se habla de que el viaje del Papa a Tierra Santa, pensado para mayo y sin confirmación oficial, se aplace hasta después del verano. Por su parte, la canciller Angela Merkel, de religión luterana, ha dado voz al temor alemán a que un burdo negacionismo presuntamente avalado por un Papa germano ensuciara la reputación del país.

Mientras, crece la convicción entre los vaticanistas italianos de que la curia romana ha incurrido en graves errores de gobierno y comunicación al gestionar la revocación de la excomunión de los cuatro prelados lefebvrianos, y que esa mala gestión ha procurado gran descrédito internacional a Benedicto XVI, al venir de él, al fin y al cabo, la decisión de rehabilitar a los cismáticos.

Llueven las críticas sobre el cardenal colombiano Darío Castrillón Hoyos, presidente de la pontificia comisión Ecclesia Dei – creada por Juan Pablo II en 1988 para afrontar el cisma de Lefebvre-,quien ha dicho que desconocía las tesis revisionistas de Williamson. Los críticos enarcan las cejas; bastaba teclear su nombre en Google para comprobar que incluso defiende como auténtico el panfleto antisemita Los protocolos de los sabios de Sión.

Con todo, los observadores distan de cargar esta crisis a Castrillón. La enmarcan más bien en la progresiva pérdida de peso de los diplomáticos en la curia. De hecho, por primera vez en casi un siglo ni el Papa ni el secretario de Estado proceden de la carrera diplomática: Joseph Ratzinger es un brillante teólogo, y Tarcisio Bertone un experto canonista.

Ayer tarde, la nota de la Secretaría de Estado recordaba la condena pública de Benedicto XVI a quienes niegan el holocausto, y especificaba que “el obispo Williamson, para una admisión a funciones episcopales en la Iglesia, deberá distanciarse en modo absolutamente inequívoco y público de sus posturas sobre la shoah,desconocidas para el Santo Padre en el momento del levantamiento de la excomunión”.

El decreto de los lefebvrianos lleva fecha del 21 de enero, y firma (se dice que a regañadientes) del cardenal Giovanni Battista Re, prefecto de la Congregación para los Obispos, pero fue hecho público el sábado 24. Sin embargo, hacía días que se sabía que su publicación era inminente, y para entonces la televisión sueca había ya emitido la entrevista en la que Williamson niega las cámaras de gas. El fin de la excomunión y la supuesta bienvenida de la Iglesia católica a un revisionista quedaron así unidos.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)