Guardias civiles de Fuerteventura evitan el naufragio de la patrullera "Río Duero"

Agentes del servicio marítimo de la Guardia Civil en Fuerteventura han evitado el naufragio de la patrullera "Río Duero" mientras la embarcación navegaba entre Gran Canaria y la isla majorera, después de detectar una inundación en la sala de máquinas, con la mar en mal estado y sin cobertura de telefonía móvil.

El Día, E. PRESS, Fuerteventura, 05-02-2009

Agentes del servicio marítimo de la Guardia Civil en Fuerteventura han evitado el naufragio de la patrullera “Río Duero” que cuenta con 30 metros de eslora y que ha patrullado en aguas de Mauritania dentro del dispositivo Frontex mientras navegaba entre Gran Canaria y Fuerventura, después de haber reparado daños estructurales, según informó ayer la Asociación Unificada de Guardias Civiles en un comunicado.

Según parece, la “Río Duero” permaneció durante once meses en Puerto Naos, en Lanzarote, para reparar unos daños estructurales que sufrió en la misión Frontex. Así, tras reparar los desperfectos, la embarcación pasó una revisión de sus motores en Tenerife el pasado 24 de enero, trasladándose a Gran Canaria al día siguiente y comenzando el viaje a Fuerteventura el lunes 26 de enero.

Fue en este viaje (entre Gran Canaria y Fuerteventura) cuando saltó la alarma al detectarse una entrada de agua en la sala de máquinas, que llenó el lugar con un metro de agua en poco tiempo. Por su parte, el tiempo había empeorado y el viento era de fuerza 4-5 , las olas de más de 3 metros y no había cobertura de telefonía móvil.

Los guardias activaron las bombas de achique, y comenzaron a evacuar el agua del interior de la sala de maquinas, pero la vía abierta impedía que se lograse el vaciado, ya que entraba tanta como salía. En ese momento, la embarcación se quedó sin gobierno.

Ante estos acontecimientos, la tripulación barajó la posibilidad de tener que abandonar el barco y utilizar la lancha salvavidas. Con este panorama, se pidió auxilio por radio a Salvamento Marítimo, y pasada una hora, hizo acto de presencia en la zona.

Por su parte, la tripulación decidió apurar hasta el último momento para salvar el barco buscando la vía de agua, para lo que comprobaron las tuberías, motores y estructura. Cuando el aislamiento estanco de la sala de maquinas era la última posibilidad de mantenerlo a flote y quedar a merced de las olas, se localizó una abrazadera del circuito de refrigeración del motor de estribor que se había soltado, por lo que se tuvo que parar el motor para que no continuase entrando agua e intentar reparar la avería. Los agentes consiguieron reparar la tubería, logrando que el motor y los mandos funcionasen de nuevo, aunque fuese al 60% de potencia.

Durante estos hechos ningún miembro de la tripulación sufrió lesiones graves, y la navegación se saldó con pequeños golpes y magulladuras, por lo que decidieron regresar a Gran Canaria escoltados por Salvamento Marítimo.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)