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La promesa de un 50% de empleos para británicos desactiva la huelga

La Voz de Galicia, Manuel Allende | Corresponsal, 05-02-2009

Brown defendió en el Parlamento su famosa frase, utilizada por los trabajadores como eslogan de las protestas

Los trabajadores que han secundado las protestas laborales contra la contratación de mano de obra extranjera en varias centrales energéticas del Reino Unido podrían volver hoy mismo a sus puestos de trabajo, después de recibir ayer la promesa de que la mitad de los empleos que serán necesarios para levantar la nueva planta de procesado de la refinería de Total en Lindsey, en el condado de Lincolnshire (en el norte de Inglaterra), serán ocupados por operarios locales y no por portugueses e italianos como había previsto la empresa adjudicataria de las obras, la italiana IREM. Fue en esta refinería donde se iniciaron las protestas, calificadas por muchos de xenófobas, que acabaron extendiéndose a una veintena de instalaciones del país.

Los puestos de trabajo británicos se crearán durante la segunda fase de construcción de la planta, que, de no haberse producido la huelga, hubieran sido cubiertos por trabajadores italianos y lusos. Serán necesarios 95 operarios.

En cualquier caso, el principio de acuerdo tendrá que ser ratificado hoy por los empleados de la refinería, a los que los sindicatos recomendarán la vuelta a la normalidad.

Pese a la fuerte controversia desatada, tanto a nivel político como social, la flema británica no ha estado ausente de las negociaciones que han mantenido estos días los sindicatos y los representantes de las dos compañías implicadas. Así, ayer mismo, y tras alcanzar el acuerdo, Bernard McAuley, miembro del sindicato Unite, aseguraba: «Es un buen pacto tanto para los trabajadores británicos como para nuestros colegas italianos; además, no queremos perder a Fabio Capello como seleccionador nacional [de fútbol] por este malentendido».

Rifirrafe en el Parlamento

Mientras tanto, la crispación creada por la huelga llegó ayer hasta el Parlamento, donde el primer ministro, Gordon Brown, defendió su famosa frase de «Empleos británicos para trabajadores británicos», pronunciada durante la celebración del Congreso Laborista en el 2007, y utilizada por los trabajadores de las plantas energéticas en huelga para apoyar sus reivindicaciones. El líder de la oposición, el conservador David Cameron, calificó el eslogan de «oportunista y dirigido a fomentar los miedos de la gente» y exigió a Brown que reconociera «su error, del que seguro que siente vergüenza».

Pero Brown no se amilanó y entre los gritos de apoyo a su líder de los diputados de la oposición, alcanzó a decir: «¿Puede alguien decir aquí que no quiere que los trabajadores británicos obtengan empleos en nuestro país?».

Proteccionismo

El rifirrafe comenzó después de que ambos se pronunciaran a favor de la necesidad de evitar la aplicación de medidas proteccionistas para hacer frente a la actual recesión económica. «Todo el mundo puede escucharle a usted decir que es importante evitar el proteccionismo, ¿No es usted culpable de incentivar el sentimiento proteccionista?», le preguntó Cameron a Brown. «El uso de la frase ‘’Empleos británicos para trabajadores británicos’’» muestra una falta de juicio. ¿Lo lamenta ahora?», agregó. Por su parte, el premier señaló que, en una economía global, en la que hay competencia por los puestos de trabajo, es «absolutamente crucial hacer todo lo que se pueda para ayudar a la gente a obtener los empleos que están disponibles».

El lapsus de Brown

En el fragor de la discusión, Brown empleó por primera vez el término depresión para referirse a la crisis, informa Efe. «Deberíamos ponernos de acuerdo, mundialmente, para establecer un estímulo monetario y fiscal que saque al mundo de la depresión», dijo. El líder laborista, que no se distingue por sus dotes oratorias, se trabó ligeramente al terminar de pronunciar esta frase, por lo que dio la sensación de que cometió un lapsus y que pronunció la palabra depresión , en lugar de la de recesión . La referencia a la depresión, que retrotrae a la crisis de 1929 y que ningún gobernante ha empleado hasta el momento para hablar de la crisis, enseguida saltó a los medios de comunicación. El impacto fue tal que la oficina del primer ministro se apresuró a aclarar que fue un error y a asegurar que Brown no piensa que la economía mundial esté en esa situación.

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