El miedo a la conflictividad social frena las contrataciones de inmigrantes en origen

ABC, P.A.O / A.C. / M.A.R | VALENCIA / ALICANTE, 04-02-2009

Nuevo varapalo para el mercado laboral valenciano, que en el mes de enero sumó 31.021 nuevos parados, lo que arroja la preocupante media de un millar de desempleados más al día.

En todo caso, a diferencia de lo que está sucediendo en otros países como Gran Bretaña o Italia – donde han estallado graves conflictos sociales – , la crisis se está cebando especialmente en el colectivo extranjero. Los empresarios valencianos han optado por cerrar el grifo a la contratación en origen, para primar así a los desempleados autóctonos.

El recurso a mano de obra extranjera, habitual en los últimos años en la Comunidad, se ha frenado con la crisis, hasta el punto de que ninguna empresa valenciana ha solicitado trabajador extranjero alguno en el contingente que cada año autoriza el Ministerio de Trabajo. En 2008, en cambio, se cursaron 471 ofertas.

El temor a un conflicto social al uso del que recorre estos días Gran Bretaña ha llevado a los empresarios, si no a primar a los trabajadores españoles, sí a frenar en seco la contratación de inmigrantes. Especialmente en el campo, incapaz de absorber el paro de la construcción y los servicios. Así lo afirma el presidente del sindicato agrario Asaja – Alicante, Eladio Aniorte. «Si no podemos dar trabajo a los españoles, cómo vamos a contratar extranjeros».

Tendencia sostenida

Así, en los últimos doce meses el paro en la Comunidad ha aumentado a un ritmo del 66,7% (sólo por detrás de Aragón y Murcia), hasta las 388.845 personas. Sin embargo, el dato entre los trabajadores inmigrantes provoca escalofríos, toda vez que ha crecido un 92,9% respecto al cierre de enero de 2007, de acuerdo con los datos del paro registrado facilitados ayer por el Ministerio de Trabajo.

Aunque esta situación no resulta novedosa, el repunte se mantiene de forma sostenida en el tiempo y deja en situación de desempleo a 60.255 extranjeros, de los que 37.782 proceden de países ajenos a la UE.

En las cifras de afiliación a la Seguridad Social – que suponen el reflejo más fiable de la situación laboral – se repite la tendencia. Mientras el número de empleados foráneos cayó el año pasado a un ritmo del 11%, en el cómputo global – que incluye también a los trabajadores autóctonos – la destrucción de empleo resulta menos acentuada – un 8,74% – aunque arroja una estadística demoledora para la Comunidad, que se consolida como la autonomía en la que más bajas a la Seguridad Social se han registrado, tanto en el último año como en el mes de enero en relación a enero. En apenas doce meses, la región ha destruido 173.965 puestos de trabajo.

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