Malestar en la Policía fabril por una decisión judicial

Un juez deja libre a un detenido por una agresión con uncuchilloen Barakaldo tras rebajar la acusación de delito a falta

El Correo, AINHOA DE LAS HERAS, 04-02-2009

Los policías municipales de Barakaldo llevan tiempo, «antes de que en Bilbao» se declarara la guerra al navajero, decomisando navajas, porras extensibles y hasta cadenas los fines de semana «en 100 metros»: la calle Juan de Garay y alrededores. Saben mejor que nadie que la zona se ha convertido en un polvorín, donde algunos bares tienen prohibida la entrada a 50 jóvenes conflictivos que en otros locales sí dejan pasar. Como Policía Municipal, se dedican a controlar el consumo de drogas y alcohol por menores, el horario de los establecimientos, mientras la Ertzaintza acude cada semana a intervenir en alguna pelea.

Por eso no entienden algunas decisiones judiciales que les parecen ajenas a la «alarma social». La madrugada del pasado domingo, la misma noche en que un joven resultó herido grave en un apuñalamiento, agentes de la Policía local baracaldesa detuvieron precisamente a un individuo acusado de otra agresión con arma blanca. El suceso se produjo alrededor de las seis de la madrugada en el transcurso de una pelea en la calle Hogar Propio, a la salida de una discoteca. Al parecer, el presunto agresor, que fue sorprendido con un cuchillo de cocina en la mano, provocó un corte en el pie a su oponente durante la refriega.

Cuatro identidades

El detenido, de origen magrebí y conocido por la Ertzaintza por su implicación en otros incidentes, presentaba cuatro identidades diferentes, por lo que los agentes locales enviaron un cotejo de huellas al Cuerpo Nacional de Policía, según indicaron fuentes cercanas al caso.

El individuo fue detenido por lesiones y amenazas y puesto a disposición judicial el lunes por la mañana. Tras tomarle declaración, la jueza rebajó la calificacion de delito a falta al entender que las lesiones no eran graves y consideró al acusado también como perjudicado, ya que presentaba alguna contusión. La decisión judicial supuso la puesta en libertad del arrestado, que será castigado con una multa y arresto domiciliario.

El tratamiento judicial del caso generó «indignación» entre los agentes, que consideran que su trabajo ha sido «echado por tierra» en los tribunales, indican las mismas fuentes.

La concejala de Seguridad Ciudadana de Barakaldo, Olga Santamaría, prefiere no cuestionar las decisiones judiciales. Santamaría es consciente de que los policías pueden sentirse «presionados» por la situación de descontrol en la zona de copas, en la que todas las miradas parecen dirigirse hacia ellos, aunque no cree que exista «malestar» en el seno del cuerpo. La edil advierte de que los agentes «son profesionales y saben hasta dónde llega su labor. Un policía no puede juzgar, ni un juez detener», zanja.

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