Montilla se pone como ejemplo de inmigrante aunque reclama más control El 43% de los catalanes cree que la inmigración es «más bien perjudicial»_El president defiende el catalán como vehículo de integración

ABC, 31-01-2009

I. A.

BARCELONA. El presidente de la Generalitat, José Montilla, llamó ayer a los catalanes a «no considerar a la inmigración como un estorbo» en un momento en el que la crisis económica hace que muchos se cuestionen la presencia del numeroso colectivo de inmigrantes. Precisamente ayer, el Centre d´Estudis d´Opinió (CEO) de la Generalitat presentó un sondeo según el cual 43% de los catalanes considera que la inmigración es «más bien perjudicial» para Cataluña.

El presidente catalán pidió «cortar deraíz» esa percepción negativa, pero también advirtió contra la tentación de «evitar el conflicto a base de dimitir siempre de la defensa de nuestro carácter», porque eso, argumentó, «nos descapitalizaría». Montilla abogó por «gobernar la inmigración» en el control de flujos, ambito en el que dejó claro que la crisis no permite seguir asumiendo nuevos trabajadores extra comunitarios al ritmo al que han llegado los últimos años, como en integración social.

Además, en su calidad de inmigrante de los sesenta, se puso como ejemplo y advirtió de que «no seremos con ellos menos exigentes de lo que fuimos con nosotros mismos».

En este ámbito, defendió la lengua catalana como «elemento aglutinador» y se refirió específicamente a la política de inmersión lingüística en las escuelas, ahora cuestionada por el PP y Ciudadanos. «La coexistencia de dos lenguas oficiales no debe ser ningún problema si nos mantenemos firmes en no dividir la lengua», advirtió el presidente catalán, que acusó a estas formaciones de «hacer germinar» el conflicto lingüístico en Cataluña.

Obsesión catalanista

Al margen de la cuestión lingüística, Montilla se refirió también a la «obsesión por el problema catalán» que en los últimos tiempos ha cundido entre la clase política catalana, incluido su partido, y reclamó «dejar de obsesionarse» por ello para «encontra el camino» de salida a la actual crisis económica e institucional.

«La mayoría de nuestros problemas son compartidos con el resto de los españoles y los europeos» señaló, «sólo una pequeña parte es nuestro problema, si nos obsesionamos con esta pequeña parte no avanzaremos», advirtió.

En este contexto, lamentó que el debate sobre el futuro del catalanismo «está obsesivamente centrado en el autogobierno» y lamentó la «frivolidad de ridiculizar la capacidad de autogobierno» obtenida con el nuevo Estatuto, algo a lo que son especialmente aficionados sos socios de ERC. Por ello, abogó por centrar los esfuerzos políticos en «renovar el pacto social entre los ciudadanos de Cataluña» para garantizar una cohesión social. «La cuestión central del catalanismo debe ser la permanente construcción de la identidad de Cataluña y la integración de la imigración», concluyó.

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