Como en muchas otras localidades, las demandas de ayuda social crecen cada año en Barakaldo. Sobre todo, debido a la llegada de inmigrantes. Los extranjeros protagonizan ya casi un tercio de las solicitudes. En su mayoría son iberoamericanos, según se desprende del último balance realizado por el Ayuntamiento. Los vascos, en cambio, apenas perciben un 38% de las subvenciones que aportan el Ejecutivo autónomo y la propia Administración local para las familias sin recursos.

El plazo para solicitar las ayudas de 2009 se abrirá el 9 de febrero. Un año más, los interesados sólo podrán reclamarlas por teléfono. En el número 944789577 las tres primeras jornadas y a través del 010 después – 944789200 para quienes llamen desde fuera de la ciudad – . Las citas presenciales se concederán a partir del lunes 16, a razón de tres días a la semana. Los jueves y los viernes se reservarán para tramitar las primeras subvenciones reclamadas.

El Consistorio ha adelantado en esta ocasión la apertura del plazo de solicitudes porque dispone ya del nuevo presupuesto, tras su aprobación en el pleno de anteayer. Las cuentas recogen una partida inicial de dos millones de euros para atender las ayudas de emergencia, la más elevada de la historia local, a pesar de que su cobertura no es responsabilidad municipal. Corresponde en exclusiva al Gobierno vasco, pero su asignación nunca resulta suficiente para satisfacer la demanda.

El pasado año se presentaron en Barakaldo un total de 2.349 solicitudes para acceder a las ayudas de emergencia, de las que se concedieron casi un 85%. «Las demás se denegaron o desestimaron porque no cumplían los requisitos», aclaró ayer la concejal de Acción Social, Amaya Rojas. Se pudieron satisfacer «todas las peticiones» gracias a los cuatro millones de euros que aportaron en conjunto el Ayuntamiento y el Ejecutivo de Vitoria, cuya asignación para el presente ejercicio «aún se desconoce».

Divorciadas y viudas

Las mujeres integraron el grueso de los demandantes, sobre todo divorciadas y viudas. La media de edad osciló entre los 35 y 44 años, aunque se apreció un «aumento importante de jóvenes y personas de la tercera edad». La mayor parte de las ayudas se asignaron para «préstamos de hipotecas y alquiler de viviendas», concretó la edil, quien apuntó a un posible «agravamiento» de la situación de las familias sin recursos por la crisis.