Una imagen impecable, saber estar y buena disposición. Éstas son las características que se le piden a un buen azafato, unos requisitos que cumplen a la perfección los jóvenes gitanos que finalizaron esta semana la primera escuela taller de Dinamización de Servicios de Información y Atención Ciudadana.

El curso cobra importancia en los tiempos que corren, debido a las dificultades para encontrar un empleo, ya que esto resulta aún más complicado para los jóvenes de etnia gitana. Por eso, la Fundación Secretariado Gitano se ha propuesto fomentar la promoción de este colectivo. En esta escuela taller, avalada por la Consejería de Empleo, han participado una veintena de alumnos, de los que más de la mitad eran de gitanos. El objetivo: ofrecerles una salida laboral y facilitar su acceso al graduado escolar.

El taller, que ha tenido una duración de dos años, también ha contado con prácticas en empresas, donde estos jóvenes han trabajado como azafatos, informadores o coordinadores de equipo. Marta Bermejo, directora de la escuela taller, indica que ha tenido tan buena acogida que este año comenzará la formación de la siguiente promoción.

Oportunidades

«La experiencia ha sido muy gratificante. Ahora estos jóvenes tendrán más oportunidades de acceso al mercado laboral en igualdad de condiciones», señala la directora.

Los alumnos también se muestran satisfechos. «Hemos aprendido a mejorar nuestra presencia, a colocarnos bien, a ampliar el vocabulario y facilitar el trato con el cliente, e incluso hemos aprendido idiomas», explica Loida García. «Yo quiero seguir formándome para tener más conocimientos sobre este trabajo y poder dedicarme a esto», añade José Luis Soriano.