Médicos forzados a ser espías

El Mundo, IRENE HDEZ. VELASCO. Corresponsal, 29-01-2009

El Gobierno de Berlusconi pretende que los sanitarios denuncien a los ilegales Roma


¿Doctores o delatores? La pregunta surge ante la pretensión del Gobierno de Silvio Berlusconi de obligar a los médicos italianos a denunciar ante las autoridades a los inmigrantes ilegales que acudan al servicio público sanitario.


Cinco senadores de la Liga Norte, partido que forma parte de la coalición que lidera Il Cavaliere, han presentado ante el Parlamento una enmienda para eliminar un párrafo del decreto ley sobre inmigración aprobado en 1998 en el que se dice que «el acceso a las estructuras sanitarias públicas por parte de los extranjeros irregulares no puede comportar ningún tipo de señalización a las autoridades». La propuesta para suprimir ese apartado se votará el próximo martes en el Senado, y dado que el Gobierno cuenta con mayoría absoluta se da por sentado que será aprobada.


Las ONG se echan las manos a la cabeza ante la posibilidad de que los médicos sean obligados a convertirse en soplones. Y, a coro, denuncian las consecuencias que la aprobación de esa enmienda tendría: condenaría a los clandestinos a la invisibilidad sanitaria, haría que los inmigrantes acudieran sólo a los servicios sanitarios cuando se encontraran en situación de absoluta urgencia, incentivaría la aparición de organizaciones sanitarias paralelas, repercutiría en la salud colectiva al aumentar el riesgo de transmisión de enfermedades contagiosas


Clima de terror


«Si se aprobara esa enmienda se violaría el principio de universalidad de la sanidad y la propia Constitución italiana, que reconoce el derecho a la salud de los individuos sin limitaciones de ningún tipo», advierte Kostas Moschochoritis, director general de Médicos Sin Fronteras Italia, que desde 2003 ha puesto en marcha en el país transalpino 35 ambulatorios para inmigrantes irregulares en los que han atendido a 18.000 enfermos «Por no hablar del clima de terror que se desataría entre los extranjeros sin documentos, condenándolos a una marginalización sanitaria, con el riesgo que eso puede conllevar para la salud colectiva», añade.


Salvatore Geraci, presidente de la Sociedad Italiana de Medicina de Migraciones, destaca lo inútil y peligroso que sería que el Senado aprobara esa enmienda. «Inútil porque no servirá para disminuir la inmigración clandestina», subraya. «Y peligrosa porque alejará a los inmigrantes de la sanidad, lo que empeorará su salud individual y la salud colectiva».


Medio centenar de asociaciones han unido sus fuerzas y hacen un llamamiento a los senadores para que el martes no voten a favor de esa enmienda. Además, han convocado una concentración para el lunes, víspera de la votación, ante el Parlamento bajo el lema: «Somos médicos y enfermeras, no espías».

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