«La reclamación del uso compartido de la Mezquita era una reivindicación sólo de los conversos españoles al Islam. Los musulmanes inmigrantes no lo reclamaron. Era como una nostalgia de Al Andalus. Creo en el diálogo interreligioso pero mi posición es que compartir el uso crearía muchos problemas. La Catedral, toda ella, está consagrada. Alli está el Señor y eso merece un respeto. La Diócesis tiene títulos jurídicos e históricos para asegurar la propiedad del edificio que recordemos se construye sobre los restos de lo que fue el obispado en los siglo IV y VII. Los mulsulmanes luego utilizaron sillares y columnas para construir sobre ella la Mezquita, tendrían que agradecernos que no hubiéramos hecho lo mismo siglos atrás».