La jueza de guardia de Barcelona decretó anoche el ingreso a prisión de tres futbolistas del Bada Bing detenidos por agredir a sus rivales del Rosario Central de Catalunya, la semana pasada en un partido de la Tercera Territorial. Se trata de los hermanos Valentín e Israel Moreno, así como de Carlos R. G. Otros dos jugadores del mismo equipo quedaron en libertad con cargos. Los Mossos no dan por cerrada la operación y no descarta más detenciones.
La jueza imputa en su auto judicial a los tres futbolistas encarcelados un delito de lesiones graves, desórdenes públicos, daños y trato degradante y vejatorio. Los cinco futbolistas, entre ellos Valentín Moreno, condenado por el crimen de un joven en la Vila Olímpica en el 2000, declararon durante varias horas en los juzgados de guardia de Barcelona y Sant Feliu de Llobregat. La fiscalía pidió la prisión.
Los Mossos, en su atestado, también habían acusado a los jugadores de insultos racistas a sus rivales. A consecuencia de las agresiones sufridas una de las víctimas tiene varios puntos de sutura en la cabeza y se le ha reconstruido parte de la oreja. La policía autonómica aseguró que la operación continúa. Fuentes conocedoras de la investigación apuntaron la posibilidad de que un sexto futbolista estuviera identificado.
El incidente se produjo el 10 de enero en el campo Menorca de Barcelona. En el minuto 74, el árbitro suspendió el partido por las agresiones. Las víctimas sufrieron golpes por todo el cuerpo, fueron insultados por sus agresores que, además, al entender de la policía, se refirieron a su origen suramericano en tono despectivo.

FICHAS FALSAS
La División de Información de los Mossos puso en marcha un dispositivo para detener a los responsables. Sin embargo, la identificación de algunos autores del altercado resultó dificultosa porque tres futbolistas del Bada Bing jugaban con fichas federativas falsas. Los cinco detenidos son Valentín Moreno, de 26 años y de Sant Adrià de Besòs, su hermano Israel, de 29, José Luis E. S., de 26 y de Barcelona, al igual que Carlos R. G, de 27, y Jonathan P. F, de 29 y vecino de Sant Feliu de Llobregat. Este último quedó en libertad con cargos, al igual que José Luis E. S. Todos son españoles y tienen antecedentes policiales.
La abogada de los dos hermanos detenidos aseguró que la pelea estuvo motivada por razones futbolísticas y negó la agresión racista. La letrada Elena Marugán indicó que “fue una riña aceptada por ambos equipos” y que “se han desorbitado un poco los hechos”.