La presunta trama que se investiga en Lugo por la supuesta filtración de las preguntas de los exámenes de conducir a ciudadanos chinos podría llegar a tener como uno de los principales cabecillas a un ciudadano asiático que era quien captaba a la clientela a cambio de dinero. De hecho, según algunas fuentes, quienes accedían a participar en el operativo fraudulento tenían que entregar tres sobres con distintas cantidades de dinero.

Según parece, uno de los objetivos de la investigación es llegar a saber cuánto dinero iba en cada uno de los sobres y a quiénes estaban destinados, aunque todo apunta a que las cantidades pagadas por los chinos se las repartían los que participaban en la red y estaban al tanto de la ilegalidad.

Quienes presentaron la denuncia ante la Fiscalía, después de que otros organismos apenas les hicieran caso, no llegaron a poder determinar cuánto pagaban los chinos en las autoescuelas en las que se matriculaban. El precio de los cursos para la obtención del permiso de circulación es libre.

Declararon varias personas

El fiscal jefe de Lugo, Jacinto Fernández Villalvilla, que dirige la investigación abierta como consecuencia de la denuncia, rehusó ayer facilitar cualquier información sobre el asunto, alegando que las pesquisas estaban en curso. Según diversas informaciones, antes de las vacaciones de Navidad llamó a declarar a varias personas, entre ellas a algunas relacionadas con la Jefatura Provincial de Tráfico. No es descartable que, a medida que avance en la búsqueda de detalles, convoque a más personas. La investigación parece complicada por un hecho esencial: el largo tiempo transcurrido. Los denunciantes demoraron mucho tiempo en recurrir al ministerio público. Los exámenes masivos de chinos se llevaron a cabo entre los años 2003 y 2005.

Algo que parece estar totalmente confirmado es que los exámenes teóricos se realizaban en castellano, a pesar de que está previsto que se puedan efectuar en dos lenguas extranjeras, el francés y el inglés. En alguna academia de Lugo enseñaban en esta última lengua y, según el jefe provincial de Tráfico de Lugo, había una que daba clases en chino.

En ningún caso las preguntas del examen estaban en chino. Fuentes de algunas autoescuelas consultadas ayer indicaron que se habían hecho consultas a la DGT en Madrid para saber cómo actuar con los asiáticos y, sobre todo, plantear la posibilidad de que las pruebas fueran en chino. La negativa, al parecer, fue rotunda y la justificación dada fue que era imposible hacer las pruebas en esa lengua por las complicaciones que ello suponía y, básicamente, por las múltiples variantes que tiene, dependiendo de las zonas del gigantesco país asiático.

La respuesta, al parecer, estaba basada en una consulta planteada ante la Embajada de China en Madrid.

Al parecer, la noticia de que en Lugo se conseguía el carné de conducir a la primera y sin problemas circuló con gran rapidez entre la comunidad china. De contar la situación no solo se ocupaban quienes conseguían el carné, sino también uno de los integrantes de la organización.

Para muchos de los chinos que se examinaron en Lugo en los años ya reseñados, la obtención del carné de conducir era una herramienta de trabajo imprescindible porque la mayoría se dedicaban al comercio al por menor de todo tipo de artículos importados del país oriental.