El jefe de Tráfico dice que acudían hasta en grupos de diez, «pero a principios del 2005 conseguimos erradicarlos»

La Voz de Galicia, 16-01-2009

Testimonio

El jefe provincial de Tráfico de Lugo, Julio González, señaló ayer que hicieron numerosos exámenes a chinos y destacó, incluso, que les habían puesto multitud de trabas para poder hacer las pruebas. «Fueron unos exámenes que a nosotros nos costó mucho sacar adelante porque somos racistas y tenemos prejuicios cuando nos llegan diez chinos juntos. Desde el momento en que nos llegan diez chinos juntos, tuvimos reticencias a hacer los exámenes y les poníamos todas las trabas del mundo, las habidas y por haber», dijo Julio González.

El representante de la DGT en Lugo añadió: «Desde abril del 2003 hasta principios del 2005, estuvimos haciendo exámenes a chinos y, casualmente, logramos erradicarlos de aquí. Que nadie me cuente que teníamos algún conchabeo, ni que se vendían los exámenes. Nada de nada. Desde principios del 2005 se acabaron los chinos pero, además, radicalmente».

Al ser preguntado por qué venían de golpe y a Lugo, contestó: «Por una razón muy sencilla, aquí tenían una escuela que les preparaba en chino, que poseía los manuales en esta lengua y hasta no sé si los test. Además, ¿quién dice que no van a Coruña, Ourense o Pontevedra?». González aconsejó consultar lo que está pasando con los ciudadanos asiáticos en otras provincias. «¿O es que se piensa que los chinos que se presentan a sacar el carné de conducir en todas las provincias saben el español de Cervantes? Saben 300 palabras como mucho y si se les indica que, por favor, giren a la izquierda en la próxima intersección, ni te entienden, lo mismo que muchos de aquí», apuntó.

González destacó que él mismo se ocupaba de hacer los exámenes a los chinos, «en un 80% y no digo al cien por cien porque muchos días no podía acudir». Añadió que se ocupaba de hacer los test y también de corregirlos. «Para hablar de exámenes, hay que saber de lo que estamos hablando. El problema de los exámenes es que las escuelas enseñan a aprobar un test. Hacen todo lo posible, humano y divino para que esa gente apruebe, pero de ahí a inferir que se están vendiendo los test, hay bastante recorrido. Así como en el tema del sobreseimiento de sanciones había conversaciones telefónicas, ¿aquí qué prueba hay? Que un chino entró en una escuela a pedir las contestaciones. Eso no se lo cree ni el apuntador», dijo.

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