Alguno de los alumnos inmigrantes hizo el examen práctico por señas

La Voz de Galicia, X. C., 15-01-2009

Los test de la prueba teórica deben ser custodiados y solo tres personas tenían conocimiento de ellos

A priori, la investigación se presenta larga. El aspecto fundamental de la misma son los test, su custodia y las personas que tenían acceso a los mismos. La parte teórica del examen es la que parece presentar las principales claves de la trama. No así la práctica, porque para realizar la misma los aspirantes al carné de conducir no necesitaban saber el idioma. Los examinadores, o alguno de ellos, supuestamente les hacían gestos al comprobar que se trataba de ciudadanos extranjeros que no tenían un dominio del castellano.

Según algunas informaciones, tres personas, como máximo, deberían tener acceso a los test de los exámenes del carné que han de ser custodiados por parte de la Jefatura Provincial para evitar que previamente pudieran ser filtrados. Estas serían el jefe, el examinador y la tercera sería la persona encargada de su traslado a las aulas donde se celebran las pruebas, situadas a las afueras de la capital, en las proximidades del poblado de O Carqueixo.

Responsables de una autoescuela explicaron ayer que los test son enviados por la DGT a las distintas jefaturas. Forman parte de un amplio lote que sirve para elegir posteriormente para cada una de las pruebas. Al parecer, la decisión de las preguntas de cada examen se adopta en cada provincia. «Precisamente, para evitar situaciones como la que pudo haberse producido en Lugo se está hablando últimamente de implantar un test informático en tiempo real que sería controlado desde la DGT de Madrid».

Un detalle que está siendo investigado es saber si quienes formaban parte de la supuesta trama entregaban la plantilla con las respuestas o si, por el contrario, en la autoescuela el día anterior les decían las preguntas y los alumnos memorizaban las respuestas. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que en el momento del examen hay varias personas en el aula que se encargan de vigilar a los aspirantes. Incluso se les pide que dejen sus pertenencias a la entrada. En la mesa solo autorizan el DNI y el bolígrafo. Además, las revisiones suelen ser efectivas, hasta el extremo de no autorizar la presencia de alguna persona con el documento de identidad caducado.

Hay la posibilidad de que el examen se realice en varios idiomas: castellano, gallego, francés e inglés. El chino no figuraba entre las opciones. En cualquier caso, todos los chinos que se examinaron en la capital lucense afrontaron la prueba con preguntas escritas en castellano.

En su momento, autoescuelas lucenses, para captar a inmigrantes, pusieron en marcha un sistema consistente en impartir las clases en inglés e, incluso, en preparar preguntas redactadas en este idioma.

Algo que parece estar mucho más claro es cómo se hacía la parte práctica. Después de haber superado la tanda de preguntas, los alumnos extranjeros se subían al coche y, al parecer, en muchos casos se guiaban por las señas que les decían al comprobar el examinador que tenía problemas idiomáticos.

Investigación a búlgaros

Los autores de la denuncia habían expresado en su momento que también se investigase si en la Jefatura Provincial de Tráfico de Lugo se hicieron correctamente las convalidaciones del permiso de conducir a ciudadanos búlgaros. Al parecer, numerosas personas de este país del Este de Europa acudían a Lugo para hacer el trámite porque, al parecer, no les exigían hacer la prueba teórica. La práctica era suficiente para conseguir un permiso español.

Según la denuncia, parece que en otras jefaturas españolas sí exigían que se hiciesen las dos pruebas de las que consta el examen.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)