Paladares interculturales
El CEIP San Luis Gonzaga, en Taco, ofrece un innovador menú escolar con platos típicos de otros países, acordes con la realidad multicultural del centro, y en el que predominan ensaladas y productos saludables.
El Día, , 14-01-2009Si leyéramos un menú en el que figuraran platos como fideos chinos, kebabs de pescado, kuku paka o feijoada, pensaríamos que nos encontramos en un restaurante especializado en cocina internacional o exótica, pero difícilmente imaginaríamos que corresponde al comedor de un colegio de Tenerife. Sin embargo, es así.
El centro de educación Infantil y Primaria (CEIP) San Luis Gonzaga, situado en el barrio lagunero de Taco, ha dado un auténtico giro a la gestión de su comedor escolar. Lo ha hecho de la mano de su actual directora, Lucía Bermejo, que ha tratado de modificar los hábitos alimenticios de los alumnos mediante la confección de menús saludables, en los que prima lo verde y brillan por su ausencia precocinados y dulces, y la introducción, de forma progresiva, de platos típicos de otros países, una experiencia acorde con el importante peso casi un 25% que el alumnado de origen extranjero tiene en el centro.
La “revolución” que se ha operado en el comedor del San Luis Gonzaga se ha hecho poco a poco. “Los niños son niños y cuesta cambiar sus costumbres, pero con el tiempo se consigue”, explica Bermejo. Para empezar, se sustituyó el aceite de girasol por el de oliva, se erradicaron los alimentos precocinados, se introdujeron las ensaladas hasta de 21 clases diferentes y se prescindió de la pastelería, de manera que ahora los postres están compuestos sólo por frutos y lácteos.
En cuanto a la “internacionalización” de los menús, también se ha desarrollado paulatinamente. El curso pasado llegaron la mousaka un plato griego elaborado con berenjenas y carne, el chop suey chino y algunos platos mexicanos, y durante el actual se incorporaron otros muchos típicos de países como China, Tailandia, Marruecos, Cuba, Brasil o Perú, que conviven sin problemas con las especialidades españolas y canarias.
El comedor comenzó a ofrecer comida de otros países por acuerdo del consejo escolar del centro. Los menús se diseñan trimestralmente y se remiten, en primer lugar, a los padres de los niños. A continuación se envía a una empresa que todos los meses audita el funcionamiento del comedor y analiza la calidad de sus productos. Esta entidad introduce algunas correcciones y, finalmente, el programa llega a la cocinera.
“La educación es fundamental. Si educas el paladar de los niños el día de mañana comerán de todo”, afirma, convencida, Lucía Bermejo, quien reconoce que el comedor es uno de los “niños mimados” de su actividad como directora del colegio. La necesidad de prevenir y combatir los altos índices de obesidad infantil que se registran en las Islas y la importancia de ofrecer un servicio de calidad que posibilite la conciliación de la vida laboral y familiar de los padres son las metas que se ha trazado el equipo directivo al poner en marcha este proyecto.
La iniciativa no se queda únicamente en el comedor, sino que también se extiende a las aulas, donde los platos “exóticos” se utilizan como guía para transmitir conocimientos sobre los países y culturas de los que proceden.
Una de las principales artífices de esta experiencia es la cocinera del centro, Nieves, que, según su directora, “tiene muy buena mano”, especialmente si se tiene en cuenta que cocina para 275 comensales. “Conocía algunas recetas, pero nunca las había hecho”, comenta Nieves que trabaja en el centro desde el año 1984 mientras prepara un caldero de fideos chinos con pollo.
Respecto a la acogida entre los niños, la cocinera señala que es muy positiva, pese a que en un primer momento “les cuesta”. Con cierta satisfacción, cuenta que muchos alumnos que no son usuarios del comedor, al oler los platos que prepara, “se desconsuelan”.
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