SERGIO HEREDIA – Madrid

“Cada vez entran menos irregulares y cada vez salen más”, dijo el ministro Rubalcaba
El universo de la inmigración irregular asiste a un proceso de descompresión. Al menos, eso indican los números que ayer mostró Alfredo Pérez Rubalcaba, en el balance del 2008. Según el ministro del Interior, “cada vez entran menos inmigrantes irregulares y cada vez salen más”. Las cifras son significativas: durante el 2008, en España entraron 13.424 inmigrantes en embarcaciones irregulares, un 25,6% menos que en el 2007. “Esto demuestra que las políticas que hemos puesto en marcha para evitar la salida de los inmigrantes de sus países de origen poco a poco van dando resultado”, añadió Rubalcaba, mientras agradecía la colaboración de Marruecos.

La lectura del asunto se concentra en el control de las fronteras. Aliándose con las policías de fronteras del norte de África,Interior se ha blindado. Han llegado menos marroquíes y menos senegaleses. Las islas Canarias, epicentro de los desembarcos en patera, han asistido a un descenso del 71% de embarcaciones en los últimos dos años. La comparativa es estupenda si se contrapone a las cifras del 2006, cuando hubo avalanchas: entonces, a las Canarias llegaron en cayuco 31.678 irregulares. Rubalcaba se aplaudió. Dijo que esta (los 13.424) es la cifra más baja que se registra desde el 2002, mientras añadió que las expulsiones han crecido en un 12,1%, hasta 10.161.

El desarrollo del Sive (servicio Integrado de Vigilancia Exterior, desde el 2004), las operaciones Frontex en el Atlántico y el Mediterráneo (coordinadas por siete países europeos), el aumento de personal en los controles fronterizos, la red Seahorse de intercambio de información por satélite, la cooperación policial con Mauritania… “No sólo hay que tener las fronteras protegidas y llevar a cabo repatriaciones, sino que es vital la cooperación de los países de origen”, dijo Rubalcaba, mientras atribuía el descenso de la inmigración irregular a un buen puñado de factores, lectura que no todos comparten.

Alfredo Abad, secretario de Cear (Comisión Española de Ayuda al Refugiado), considera que la lupa del Gobierno está desenfocada. “No nos satisface que se plantee como un éxito el control policial para frenar la migración, algo que además cuesta una millonada – dijo Abad a este diario-.Se está actuando contra las víctimas, y no sobre las causas de la migración ni contra las mafias que se financian a costa de migraciones irregulares”.