Barcelona

Nueve jugadores y el técnico del Rosario Central de Catalunya, equipo de fútbol de la Tercera Regional formado por inmigrantes argentinos, acabaron en urgencias la noche del pasado sábado tras ser agredidos – presuntamente con motivaciones racistas – por jugadores del equipo al que se enfrentaban, el Bada Bing, durante el encuentro.

La Federación Catalana de Fútbol había sido advertida por el Rosario Central de la peligrosidad del partido. Pero, según ha podido saber este diario, la Federación no avisó a los Mossos como establece el protocolo, así que el partido se disputó sin las pertinentes medidas de seguridad. A la ausencia de protección policial al inicio del encuentro se le sumó después la tardanza de los Mossos d’Esquadra en personarse tras las llamadas advirtiendo de altercados.

La Guardia Urbana apareció casi media hora después de la primera llamada, efectuada por el presidente de Rosario Central, Ernesto Sukerman. «Para entonces ya se habían cansado de pegarnos», explica a este periódico. La Comisión Antiviolencia de la Federación Catalana pidió ayer la expulsión del equipo agresor, el Bada Bing, y la inhabilitación de sus jugadores, presuntamente relacionados con los radicales barcelonistas Boixos Nois.