El pasado 1 de julio de 2008, el número de extranjeros que servían en las Fuerzas Armadas suponía el 7,58 por ciento del total de soldados y marineros. Es decir, 6.002 efectivos, de los que 1.099 eran mujeres y 4.903 hombres. La mayoría servían en el Ejército de Tierra (4.357), mientras que de la Armada formaban parte 1.328 y del Ejército del Aire sólo 317. Las limitaciones legales para el ingreso de extranjeros marcan los países de los que pueden proceder los ciudadanos, que son los iberoamericanos cuya lengua sea el español y Guinea Ecuatorial. La mayor aportación la hace Colombia, con 2.613 efectivos y en segundo lugar Ecuador, que aporta 2.359. Ambos países están muy por encima del resto. El siguiente «suministrador» de soldados es Bolivia, que sólo cuenta con 265. Los que menos contribuyen son Cuba y Costa Rica, con un soldado cada uno, y Guatemala, México, Nicaragua y Panamá, que no llegan a la decena de militares profesionales. Guinea, el único país no iberoamericano cuyos ciudadanos pueden optar a entrar en los ejércitos, tiene 46 compatriotas. El informe señala que «el grado de integración y rendimiento se contempla como positivo y adecuado».