La compra de viviendas por parte de los extranjeros cae un 74% en dos años

Las 7.672 casas adquiridas en el tercer trimestre de 2008 representan una cuota del 6% sobre el mercado nacional

El Correo, J. D. A./J. L. G., 12-01-2009

El número de viviendas adquiridas por extranjeros en España en los últimos meses ha caído de forma drástica, hasta situarse en una cuarta parte de las compradas a mediados del año 2006. Ni los trabajadores inmigrantes ni los jubilados extranjeros – principales grupos compradores – se han salvado de la crisis de un sector que contribuyeron a expandir con su pujante demanda. En el tercer trimestre de 2008, último del que existen cifras oficiales, la compra de casas por ese grupo social alcanzó la cifra de 6.672, un 74% menos que las 29.266 del segundo trimestre de 2006, máximo histórico en esta estadística. En el último año el descenso ha sido del 58%.

En el segundo trimestre de 2006, en plena explosión del sector del ladrillo, la demanda de residentes extranjeros de viviendas alcanzó su cuota máxima del mercado nacional de transaciones, con un 12%. Veintisiete meses más tarde, las últimas cifras conocidas revelan que esa participación ha caído a la mitad, poco más del 6%.

En otras palabras, el segmento social que contribuyó de una forma importante a dinamizar el mercado inmobiliaria ha retirado de una forma radical su aportación. Las causas son varias, y entre las principales, seguramente, es el disparatado precio que habían alcanzado los precios de las vivienda en la mayor parte de España, agravado por las subidas de los tipos de interés. Otra es el crecimiento del paro entre la población inmigrante, que sube a un ritmo que duplica al de los trabajadores autóctonos – casi 380.000 registrados en los servicios públicos de empleo al acabar 2008 – . También cabe hablar del pesimismo que se ha apoderado de los consumidores, o incluso de su prudencia, a la espera de que los precios bajen más de lo que lo han hecho. Y por encima de todas ellas, como telón de fondo de cualquier decisión relacionada con grandes desembolsos de dinero, el brutal recorte del crédito realizado por las entidades financieras.

Hipotecas fáciles

En cualquier caso, una cosa está clara; sin empleo, no hay piso. Y si hace bien poco bancos y cajas repartían hipotecas a manos llenas entre los extranjeros residentes – muchas entidades peleaban sin tapujos por conseguirlos como clientes – hoy el panorama ha cambiado de forma radical.

Alguna caja llegó incluso a ofrecer créditos hipotecarios compartidos a inmigrantes que ni siquiera tenían que conocerse entre ellos. Todo valía. Esa apuesta por el ‘dinero para todos’ – que fue general, no sólo para los inmigrantes – tiene ahora funestas consecuencias, pues los impagos de las hipotecas y, por ende, las ejecuciones o embargos crecen a velocidad de vértigo.

Las cifras del mercado inmobiliario generado por los extranjeros cobran su auténtica dimensión social si se las compara con las globales del país, donde en el último año experimentó un recorte contundente del 36% con respecto al tercer trimestre de 2007, o del 46% con respecto al mismo periodo de 2006. Y el dinero invertido habla por sí solo: 1.481 millones de euros entre julio y septiembre, un 55% menos que un año antes.

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