"Los personajes de mi película, al igual que los de 'Brokeback mountain', buscan a la persona ideal"

Diario de noticias de Alava, 10-01-2009

bilbao. Un baserritarra cuarentón que se enamora, no sin cierta sorpresa, de José, un inmigrante peruano que ha contratado para ayudar en el caserío familiar, donde vive con su madre viuda y su hermana. Roberto Castón debuta en el formato largo con Ander , el despertar sexual de un vasco, que ha sido rodada en su mayor parte en euskera. Junto con Sólo quiero caminar, de Agustín Díaz Yanes, y el documental Coyote , de Chema Rodríguez, acaba de ser seleccionada para competir en la sección Panorama de la Berlinale, que se celebra del 5 al 15 de febrero.

Aunque fuera del concurso oficial optará a premios importantes como el del Público, el FIPRESCI de la Crítica Internacional y el de Mejor Director Novel. El 30 de enero se estrenará en el Arriaga donde abrirá la edición de este año en el Zinegoak. “Los personajes de mi película, al igual que los de Brokeback mountain , buscan a la persona ideal”, explica.

Su ópera prima y ya le seleccionan para el festival de Berlín…

Se han presentado cientos de películas de todos los países, pero al final han seleccionado la nuestra. Cuando nos los comunicaron, nos llevamos una gran alegría, aunque tengo que confesar que ya nos lo esperábamos de alguna manera porque cada vez que pasaba una selección, me llamaban por teléfono y me daban la noticia. Te puedes imaginar lo contentos que estamos, la Berlinale es el segundo festival de cine más importante del mundo, después de Cannes.

Estará preparando ya el discurso por si acaso gana el premio al mejor director novel…

No me lo puedo ni imaginar. Sería un sueño. De momento, no me atrevo a preparar nada.

Es la primera vez que en un festival de esta categoría compite una película rodada en euskera.

Eso es lo que me dicen. He estado preguntando y nadie recuerda que ni en Cannes, ni en Berlín, ni por supuesto, en Hollywood se haya presentado ninguna película en euskera. Es un orgullo para mí.

Y además de temática gay…

Pero creo que en esta ocasión la temática es irrelevante. La Berlinale siempre arriesga, pero lo que valora es la calidad del filme. Aunque también me sorprende que festivales como en el de San Sebastián casi nunca hay películas de esta temática. No lo sé, habría que preguntarle al director cuál es la causa. Quizás es que ya han pasado por otros festivales y cuando llega septiembre ya no hay ninguna.

Y en su caso, ¿le han dicho qué les ha impresionado de su película para seleccionarla?

Creo que la naturalidad. Ander tiene un cierto toque documental, un tono positivo. Es una película sensible, pero no sentimental, que te emociona, pero que no busca en ningún momento llevar al espectador a las lágrimas. Yo la definiría como honesta y nada pretenciosa. He buscado además que sea lo más sencilla posible. Creo que esa sencillez y honestidad, que yo también valoro cuando voy al cine a ver cualquier película, ha podido influir a la hora de seleccionarla.

¿Cómo surgió ‘Ander’?

Berdindu, el Servicio Vasco de Atención a Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales, me encargó un largometraje con el objetivo de dar un paso más hacia la normalización de la homosexualidad utilizando el cine como uno de los medios de expresión de mayor alcance social.

¿Y tenía que ser en euskera?

No, fue una decisión mía. Consideré que si la historia tenía que ser sobre lo que pasaba en Euskadi, tenía que rodarla en euskera.

Ha puesto los baserris patas arriba…

¿Si? Se me estaban repitiendo un poco las historias y los enfoques. Es algo que procuro que no pase en mi festival. Habré visto 2.000 películas de esta temática, y ninguna sucede en el medio rural. Ander tenía que cubrir ese hueco. Ser gay en un pueblo es más difícil. Tu condición sexual es de dominio público. No se han producido películas apenas (en Euskadi ninguna y en el resto del mundo muy pocas) que retraten este tema en sociedades rurales, siempre esquivas al cambio. Por eso no dudé un segundo en situar la acción en un caserío y en centrarlo todo en Ander, un casero cuarentón. Siempre tendemos a pensar que sólo hay gays en las grandes ciudades. Evidentemente hay mucha gente que se ha tenido que trasladar a las ciudades para vivir su sexualidad, pero hay otra mucha que sigue viviendo en su pueblo y tiene que lidiar con eso todos los días. Una vez que tuve claro ese concepto el resto ya vino sobre la marcha.

¿Fue una película sencilla de rodar?

Relativamente sencilla. Tuvimos poco presupuesto, pero fue todo un reto. Pensé en una historia básica, una historia de amor, de las pocas oportunidades que hay para encontrar a la persona ideal. Es tan difícil encontrarla, que es muy necio no aprovechar esa oportunidad por miedo al qué dirán.

¿Y cómo buscó a los actores?

El elenco de actores es inmejorable. Josean Bengoetxea se enamoró del papel de Ander en cuanto leyó el guión. Hablar con él de la historia, era como hablar conmigo mismo. Él me recomendó a buena parte del elenco euskaldun. Por eso el casting, que yo siempre imaginé largo y complicado, fue cuestión de pocas semanas. Después sólo quedaba conseguir a José, el inmigrante peruano que ayudara en el caserío a raíz del accidente de Ander, y a Reme, la prostituta de la comarca. Con el primero tuvimos la suerte de acertar casi a la primera. Christian Esquivel, actor secundario en la serie Mujeres y asesino del Che en la última película de Steven Soderbergh, aceptó el papel nada más leerlo.

Recientemente confesó que lo que pretendía era provocar al público. ¿Cree que lo va a conseguir?

La palabra provocar tiene muchas acepciones, es provocar que la gente piense, provocar una discusión, lanzar un mensaje, que la gente piense que ser gay, lesbiana o transexual puede ser un problema social. Hoy en día es más fácil que hace diez años, mucho más fácil que hace 20, pero todavía sigue siendo un problema. Y Berdindu tiene que lidiar todos los días con casos de discriminaciones. Todavía estamos un poco lejos del momento en que no tengamos que hacer películas de esta temática para reivindicar este tipo de cosas, pero llegaremos. Espero que sí.

¿Va a poder continuar con su labor de director del festival Zinegoak?

Sí, compaginaré el cine con la dirección. Zinegoak lleva muchas ediciones luchando por cambiar la situación social. Euskadi, a nivel político, está a la vanguardia. Hemos tenido una ley de parejas de hecho innovadora, contamos con un servicio pionero como Berdindu, pero a nivel social, sigue siendo tradicional, sobre todo, en el entorno rural.

Algo está pasando cuando hasta en Hollywood triunfan películas contra la homofobia como Mi nombre es Harvey Milk .

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